• . . • . ⋆₊⊹Eggsy no es el único candidato para convertirse en el nuevo Lancelot. Harry tiene a su hija, Anahid Hart: letal, brillante y con una lengua tan afilada como sus cuchillos. ¿El problema? El problema es que, aunque tiene todo lo nec...
𝑺𝒆𝒎𝒂𝒏𝒂𝒔 habían pasado desde la última vez que Eggsy y yo hablamos. Esa mierda no la olvido fácil. Sí, lo sé, soy rencorosa, debo admitirlo. Después de las disculpas que me pidió afuera de la cafetería, ni siquiera intentó volverse a disculpar. Supongo que entendió que la primera vez salió mal.
No me malinterpreten: cuando nos asignan trabajos en equipo, no discutimos, no permitimos que nuestra "disputa" interfiera con el entrenamiento. Lo cual agradecía eternamente, pero cuando terminábamos, cada quien se iba por su lado. Roxy intentó varias veces acercarnos, hablar de nuevo, pero no funcionaba mucho. Cuando Eggsy no estaba con sus nuevos amigos, estaba con la rubia curvilínea o con Roxy.
Y cuando yo no estaba con ella, me la pasaba leyendo o entrenando. La mayoría de mi tiempo lo ocupaba Eggsy, siempre la pasábamos juntos, pero ahora que no estaba, me la pasaba en el campo de tiro o en el salón de entrenamiento. Lo cual era bueno, ya que avanzaba cada vez más en el entrenamiento. Digo, solo supongo que él era una distracción de mi objetivo: pasar este entrenamiento y convertirme en Kingsman.
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Nos encontrábamos en un avión con equipamiento para saltar de él. Teníamos unos trajes con oxígeno conectado atrás y un casco con comunicación que medía el oxígeno y la altura a la que nos encontrábamos.
—No quiero, no quiero, no quiero... —repetía Roxy para sí misma. Ella me había contado días antes que odiaba las alturas, que en serio las odiaba, y ahora le salen con esto.
—¿No te gustan las alturas? —preguntó Eggsy, ganándose una mala mirada de mi parte. —¡Sí! Está bien, lo he hecho anteriormente, por eso lo pienso dos veces —admitió.
—Roxy, está bien tener miedo. Si tienes miedo y, aun así, lo haces sin importarte el miedo, eres valiente. Así que por un momento deja de pensar y déjate llevar. Estoy aquí contigo —la alenté para que se relajara, apretándole el hombro.
Ella aún estaba tensa, así que suspiré y miré a Eggsy, la única vez que cruzamos miradas en todo este tiempo. Apunté a Roxy con disimulo y él asintió.
—Oye, pero tranquila, eres la mejor —halagó Eggsy, tratando de calmarla. Ella le dio una sonrisa en respuesta y yo rodé los ojos, pero una ligera sonrisa se me escapó.
—Escuchen: su misión es llegar al objetivo sin que el radar los detecte. Si los leo con el radar o se pasan del lugar, se acabó. ¿Queda entendido? —explicó rápidamente Merlin por el intercomunicador.
—Zona de caída próxima, veinte segundos —concluyó Merlin.
Roxy me miró con duda. Yo le sonreí y asentí; luego miró a Eggsy buscando apoyo, y lo recibió.