ꜰɪʀᴇ

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Al día siguiente, me levanté al escuchar la alarma de incendio

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Al día siguiente, me levanté al escuchar la alarma de incendio. Bajé alarmada por el intenso sonido; al doblar la esquina del pasillo rompí el cristal protector del extintor, clavándome unos cuantos vidrios en el brazo. No tuve tiempo de envolverlo en nada. Corrí lo más rápido que pude hacia la cocina y me encontré con Amber sacando un pollo en llamas del horno.

Tomé el extintor y rocié el contenido sobre el pollo. Cuando ya no vi rastros de fuego, cedí mi agarre y solté el extintor, que cayó en seco. Solo se escuchaba mi respiración agitada; la alarma ya había cesado porque ella la había apagado.

—Buenos días, Ann —dijo Amber con fingida inocencia.
Bufé confundida y le di un gesto de "¿qué carajos sucede aquí?".

—Buenos días, Amber. Estaba a punto de preguntar, pero mejor no lo hago —dije con la respiración aún entrecortada por la adrenalina y el susto que me había dado.

—Trataba de preparar algo de comer —respondió simple.
—Yo no tengo hambre —me apresuré a decir.
—Oh, ya veo... —dijo dolida.
—Es porque crees que sabe horrible —añadió desganada.

—No, es porque literalmente está carbonizado y lleno de espuma. No sé tú, pero a mí se me quitó el hambre —contesté mientras dejaba de mirarla y pasaba a inspeccionar mi brazo.

Tenía algunos vidrios pequeños; sacudí los que no estaban incrustados y fui retirando los más grandes, dejándolos caer al suelo, hasta llegar al mayor: casi del largo de mi pulgar y del ancho de mi meñique. Al sacarlo, un poco de sangre cayó al piso.

Suspiré resignada; era lo suficientemente grande como para necesitar sutura, por eso sangraba tanto. Me dirigí a la alacena en busca de cualquier tipo de alcohol. Al abrir, el primero en darme la bienvenida fue el vodka.

Lo tomé y me senté en una de las sillas de la mesa. Lo destapé y vertí un poco sobre la herida; solté un grito ahogado e hice una mueca al sentir el ardor. Me removí adolorida, pero volví a verter un poco más. Me levanté en busca de una toalla; fui al armario del pasillo y saqué una limpia.

Regresé a la cocina y vertí nuevamente un poco, esta vez me ardió aún más. Tomé un trago directo de la botella para no gritar y envolví la toalla en mi brazo, apretándola fuerte para detener el sangrado.

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Me encontraba en el taxi de Amber, con dirección a Dios sabe dónde. Miraba por la ventana; era raro estar en la ciudad y no poder mantener contacto con las chicas.

—Sé que quieres ir a verlas —confesó ella mientras miraba el camino.
—Después de que hagamos esto, te dejaré dos horas para ir con ellas. Sin contarles nada de la agencia, claro —se apresuró a agregar.

—No te dejo más tiempo porque después quiero mostrarte algo y no quiero llevarte tarde a la agencia —explicó de golpe.
—Ey, está bien. Gracias —me limité a decir, con una pequeña sonrisa ladeada.

No me di cuenta de que habíamos llegado hasta que sentí el auto estacionarse y apagarse. Levanté la vista y la dirigí nuevamente a la ventana. Estábamos en la sastrería otra vez.

Por más tiempo que llevara papá trabajando para la agencia, yo solo había venido unas pocas veces contadas. Amber bajó del auto, seguida de mí. Pasó primero, reteniendo la puerta para que entrara. Se encontró con otra persona y me pidió que la esperara mientras hablaba con ellos.

Se alejó hacia unos hombres de traje, agentes supongo. Minutos después escuché la campanita que indicaba la llegada de un nuevo cliente. No volteé; estaba desinteresada. Solo quería que Amber terminara rápido para mostrarme lo que quería y luego escaparme con las chicas.

—Anahíd —escuché que me llamaban. Volteé desinteresada... y me encontré con papá y Eggsy.

Sonreí al verlos y me dirigí a papá para darle un abrazo, dedicándole un leve saludo con la mano a Unwin. Nos separamos y papá se disculpó, pidiendo que le diéramos un segundo. Se unió a la conversación con Amber.

Volteé hacia Eggsy, que estaba a mi lado. Sonreí al ver cómo apartaba la mirada, intentando disimular que me observaba en silencio.

—Hola, Unwin —saludé con una sonrisa ladina.
—Señorita Hart —respondió, asintiendo ligeramente, antes de mirar hacia otro lado.

Ladeé la cabeza, confundida. Ni siquiera me llamaba por mi nombre. Tal vez era porque seguíamos el juego de tratarnos por los apellidos... pero eso no explicaba por qué estaba tan seco conmigo.

¿Cómo había pasado de una noche rogándome que lo llamara "cariño", diciéndome dulzura, bonita, nena y mil apodos más, a simplemente llegar, saludarme fríamente e ignorarme el resto del tiempo?

Bufé rendida y volví mi mirada a Amber, rogando porque terminara rápido y poder largarme con las chicas.

Segundos después volvió, se colocó frente a mí con una ligera sonrisa y luego miró a Eggsy, que parecía empeñado en observar cualquier cosa menos a nosotras.

—Eggsy, ¿verdad? —preguntó Amber, fingiendo duda. Para cualquiera sonaría genuina, pero yo sabía que estaba actuando: le había hablado de él como diez veces.

—Sí —respondió divertido, posando su mirada en mí y luego en Amber.
—Amber, ¿verdad? —preguntó de la misma forma. Rodé los ojos: yo también le había hablado de ella mil veces.

—Anahíd. Y ya que todos nos presentamos, ¿podemos irnos, Amber? —pregunté irritada. Ella me miró confundida, pero asintió.

—Gusto en conocerlo, señor Unwin —se burló Amber.
—Igualmente, señorita Hargrove —dijo el peli marrón, con una sonrisa ladina.

Amber me lanzó una mirada cargada de diversión mientras trataba de seguir mi paso acelerado, casi corriendo. La rubia trotó un poco hasta alcanzarme.

—¿Qué carajos fue eso, Ann? —preguntó divertida, jalándome el brazo lastimado sin darse cuenta.

Chillé y solté mi brazo bruscamente, alzando la manga del suéter. La venda estaba teñida de rojo.
—¡Carajo, Amber! Por poco me arrancas el brazo —rechisté, bajando la manga de nuevo.
—Lo siento... —dijo, arrepentida de verdad— pero ¡no evadas el tema!—

—Pasa que el señor Unwin es un idiota. Siempre lo ha sido y siempre lo será —balbuceé enojada.
—Bien —replicó la rubia, sabiendo que había algo más.
—Bien —rematé yo, sabiendo que ella lo sabía.

Ese día iba a ser más largo de lo que pensaba.




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ᴳᵒᵒᵈ ˡᵘᶜᵏ ᴬⁿᵃʰⁱᵈ  ᴋɪɴɢsᴍᴀɴ ғᴀɴғɪᴄᴛɪᴏɴ ──★ ˙🧷 ̟ !! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora