• . . • . ⋆₊⊹Eggsy no es el único candidato para convertirse en el nuevo Lancelot. Harry tiene a su hija, Anahid Hart: letal, brillante y con una lengua tan afilada como sus cuchillos. ¿El problema? El problema es que, aunque tiene todo lo nec...
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Ya hace unos minutos que habíamos llegado a la ciudad, era justo en el centro de Londres. Hacía demasiado tiempo que no venía y empezaba a extrañarla. Sonreí para mis adentros cuando vi las luces y el tráfico nocturno.
En cualquier otra circunstancia diría que el tráfico era horrible en todo momento, pero vamos, ¿a quién engaño? La extrañaba de verdad, así como extraño a Helena y Amadora.
Helena me dijo que una agencia de modelaje la estaba intentando reclutar, pero que temía que fuera una estafa o que intentaran matarla o secuestrarla. Sí, lo sé... demasiados casos de asesinatos y Criminal Minds.
Le dije que si hacía un encuentro cara a cara, se asegurara de que fuera en un lugar público donde recurriera mucha gente, que avisara a la mayor cantidad posible de personas que iba a encontrarse con ellos. También que llevara a alguien o varias personas con ella, o que, al menos, investigara si la agencia era real.
La última vez que hablamos, que fue un día antes de que empezara el entrenamiento, me dijo que ya se había encontrado con ellos. Que fue afuera del edificio de la agencia y que esa agencia era de las más prestigiosas de Reino Unido, pero que ella solo era un proyecto experimental, que no era seguro que se quedara. Que por eso no hiciera público que la estaban reclutando.
En cambio, Amadora estaba en una academia militar desde que tenía quince. Y sí que tenía talento para todo lo que tuviera que ver con lo policiaco y el crimen. No temía a ningún criminal, estaba en la policía desde los diecinueve y a sus tiernos veinticuatro iba a ser la detective más joven de su comisaría. Ella investigaba a fondo.
Una vez, a Helena le robaron un bolso y lloró a montones diciendo que solo lo podía encontrar en España. Amadora salió a investigar y descubrió quién lo tenía en media hora. Nos llevó a la casa del ladrón y en cinco minutos salió con él esposado y el bolso de Helena, junto a un montón de billeteras de extranjeros. Helena no dejaba de agradecerle mientras yo solo reía por lo exageradas que a veces podían ser.
Salí de mis pensamientos cuando música empezó a llegar a mis oídos. Habíamos llegado. Me quité el abrigo rápidamente y arreglé mi cabello y mi escote, recibiendo una mala mirada de parte de Eggsy. Lo ignoré olímpicamente.
Me bajé del coche y tomé mi tarjeta VIP de mi bolso. Pasé de largo por la fila, recibiendo malas miradas y reproches. Les sonreía a todos con burla y les tiraba besos a los chicos que me miraban con novias al lado. Le guiñé un ojo a un tipo que me miraba embobado.
Le mostré la tarjeta VIP al de seguridad y me dejó pasar de inmediato. Cuando entré, la música electrónica y el olor a alcohol me golpearon. Sonreí sin ocultar mi alegría, en serio que necesitaba esto. Me acerqué a la barra y pedí un shot de tequila. Necesitaba algo fuerte que me diera de golpe para empezar.
Luego de beberlo de un trago, hice una mueca por el picor en mi garganta y pedí dos más. Me los bebí uno tras otro. Con esos tres encima, me levanté de la barra y me dirigí al VIP, donde estaba toda la élite de Reino Unido.
