No era alguien atractivo, eso lo sabe desde que tenía memoria aunque eso sonara exagerado.
Siempre se decía eso cada que iba por un trabajo y le negaban la oportunidad, su currículum era demasiado bueno; tenía una licenciatura en Contaduría Pública y Finanzas, una maestría en Economía y un doctorado en Administración, había estudiado todo eso a sus 26 años, era alguien sumamente inteligente y eso lo reconocían los jefes a los cuales se presentaba para las entrevistas, si embargo, el gran detalle estaba en su falta de fotografía en sus documentos, y veían la razón de ello; aquel muchacho era un nerd nada agraciado, cabello verde pegado con gel de enfrente pero de atrás resaltaban sus rizos, cejas pobladas y nada alineadas, enormes anteojos cubrían sus ojos verdes, pecas en su rostro dándole aspecto de un niño pequeño, cada que articulaba una palabra se lograba ver unos fierros en su dentadura, su ropa le quedaba grande aunque estaba bien planchada.
-Tu currículum es muy bueno muchacho.-dijo un hombre viendo las hojas de presentación del mencionado para luego girarse a verlo con una expresión de indiferencia.-Sin embargo... Creo estamos buscando otra cosa, pero no te preocupes, encontrarás algo muy bueno en un futuro.
-Es-Esta bien Señor... Muchas gracias y con permiso.-triste se retiró del lugar con sus documentos en las manos.
Salió de aquella empresa con una gran pesadez, pues aunque ya estaba acostumbrado a ese tipo de rechazos, aún le hacían sentirse irritado y triste. Derrotado tomo su celular y marco a su mejor amigo.
-¡Midoriya que pasa!¿Te dieron el trabajo?-la voz del otro lado del teléfono era alegre y energética.
-¿Te parece si nos vemos en el parque de siempre? Ahí hablaremos más tranquilos... Lleva algo de comer.-su voz sonaba cansada y obviamente triste.
-Veo que no.-agrego el del otro lado.-Bien ¡No te preocupes! En un instante llegaré, esperame pacientemente.-se despidió cortando la llamada.
El deprimido pecoso se dirigió a pie hacia el parque donde iba a ver a su mejor amigo, se adentro por los juegos para niños y por algunas bancas hasta llegar a una en particular, aquella banca estaba bajo un enorme y hermoso árbol de cerezo, donde los pétalos caían con delicadeza al suelo. Midoriya tomo asiento y se dispuso a ver cómo esas bellas flores iban en caída libre por los aires hasta tocar el piso, algunas las alcanzo a agarrar para así acariciarlos. Suspiro fuertemente mientras agachaba su cabeza, se estaba cansando de intentar puestos altos donde implicará hacer uso de sus conocimientos en finanzas y en negocios, solo quería trabajar para así ayudar a su madre con los gastos de la casa. De un momento a otro se perdió en sus pensamientos hasta que un pequeño golpe en la cabeza lo hizo volver en sí.
Se sobo la cabeza y alzo la mirada para ver al culpable.
-Parecia que estabas durmiendo.-sonrio un chico rubio con un mechón de distinto color.
-Kaminari... No hagas eso, estaba tranquilamente pensando.-suspiro leve y soltó al final una pequeña sonrisa.-Me hace falta mi mejor amigo para este estrés.
-Y ahí... Es donde entró yo.-dijo divertido mientras tomaba asiento a lado de su mejor amigo.-¿Y bien? ¿Ahora cual fue el pretexto?
-Que no era lo que buscaban...-dijo triste mientras comía una dona que trajo su amigo.
-Pff, esa excusa es la más simple que he escuchado.-sacudio su cabeza para después ver al pecoso.-Ya encontrarás algo mejor, mereces algo más alto Midoriya Izuku.
-Estoy cansado Kaminari... He estado buscando trabajos donde me den algún puesto como contador o auditor, o economista o gerente de alguna área... Y nada, aunque aveces no lo digan, la imagen es todo, y para mí buena suerte soy super atractivo.
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Yo soy Izuku, el pecoso nerd // Katsudeku
RomanceAnteojos enormes, brackets plateados, un traje increíblemente holgado, cabello verde opacado por una capa espesa de gel liberando risos por la parte detrás de la cabeza y muchas pecas. Izuku tiene una increíble habilidad para las finanzas, pero enc...