Yo soy Izuku, el pecoso nerd // Katsudeku

5. Todo mal

El corazón le latía a mil por hora, las palabras que dijo su amiga Tsuyu seguían resonando en sus pensamientos. Recargado en sus manos sobre el escritorio de su mini oficina, soltaba suspiros a más no poder, Izuku se sentía emocionado y a la vez preocupado.

Sentía una gran emoción al recordar aquellos ojos rojos que lo volvían loco, que tal vez había la esperanza de corresponder en algún momento su amor, pero también estaba preocupado, ya que conoce la situación del cenizo, su compromiso con la castaña empresaria era un tema delicado e imposible de ignorar.

Vio el reloj de su celular y se dio cuenta que eran ya las tres de la tarde, tomo sus documentos y se dispuso a salir de su oficina, donde afuera lo esperaba el gruñón de su jefe.

—Apúrate nerd o llegaremos tarde.—gruño y con pasos fuertes se dirigió al ascensor. Detrás de él, un apurado pecoso trataba de seguirle el paso rápido. Ambos se encontraban ya bajando.

—Li-Licenciado...¿Está seguro que aceptarán la propuesta de los costos?...En cierta forma son muy bajos a lo acostumbrados que están...—dijo Izuku mientras revisaba que los papeles estuvieran en orden.

—No tenemos más opciones, tu mismo lo dijiste nerd, tienen que aceptar, y si no fuera así, veremos otras opciones de proveedores.

—De acuerdo...

—Lleva poco trabajando aquí pero creo ya me acostumbre a su apariencia de mierda.—pensó Bakugou mientras recorría disimuladamente su mirada en el pecoso.

—¡Jesús bendito estamos solo los dos en el elevador AAAAAA!—gritos internos eran los que producía Izuku quien pensaba nervioso, aunque en su rostro se notaba un rubor carmesí.

Llegaron al primer piso y salieron de la empresa, Bakugou se subió en su Ferrari SF90 Stradale color rojo, a Izuku casi le da un infarto al ver tremendo carro, no era cualquier carcacha, si bien, lo que costaba podría comprar más de 10 casas estilo mansión.

—¿Qué esperas a que te abra la maldita puerta?—grito Bakugou subiendo al piloto mientras veía a Izuku.—¡Sube ya nerd!

—¡Y-Ya voy Licenciado!.—acelero sus pasos y subió al copiloto. El aromatizante del vehículo tranquilizaba al pecoso, y sentía felicidad, olía a su Licenciado, olía a su amado.

Arranco el carro y se dirigieron a un restaurante en el centro de Tokyo, ahí sería la cita con los proveedores. Izuku en el camino, se dedico a observar las calles de la ciudad, varias zonas mostraban grandes zonas verdes, edificios luminosos, gente de todo tipo, jóvenes, niños, adultos, grupos de amigos, familias y parejas enamoradas. Se sentía muy nervioso al tener al hombre que lo trae atontado a su lado, lo miro de reojo y pudo ver que se ve más guapo al volante.

Llegaron a su lugar de destino y bajaron del automóvil, y en efecto, era un restaurante lujoso donde las puertas eran de cristal con detalles en oro, la recepcionista del lugar dirigió a ambos a una mesa donde ya había gente esperando.

Ahora en aquella mesa estaban tres hombres y una mujer tratando de llegar a un acuerdo, la idea que les explicaba el pecoso de hacer un trato de telas de bajo presupuesto no les convencía totalmente, Bakugou dejo que Izuku se encargará de la situación, lo cual le sorprendió, ya que está vez no escucho al asistente pecoso tartamudo, si no a un asistente seguro de si mismo, habla con fluidez y mostraba sus claros estudios en finanzas y demás cuestiones de negocios, entonces se dio cuenta que tenía un gran apoyo a su lado.

Su respuesta fue positiva, hicieron el trato y procedieron a comer en el restaurante. Izuku no sabia nada de comidas gourmet, y eso lo noto Bakugou quien le ordeno una lasaña para que le sea más fácil comer. Ese detalle hizo que Izuku se sintiera muy feliz y avergonzado, Bakugou solo se reía de él por su inexperiencia en esos platillos.