18. Doloroso ayer... Dolorosa realidad

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El lápiz que se encontraba en sus manos se movía de forma tan rápida pues no quiere perder ningún detalle de su memoria de la noche anterior donde hizo el amor con el hombre de sus sueños.

Mil suspiros salían de sus pequeños labios mientras recordaba cada una de las caricias y besos en su piel, aquella sensación tan placentera y única que lo hizo ver el paraíso en su totalidad.

Giro su vista un momento a su lindo gato-pan, lo tomo en brazos junto a su pequeño hijo-peluche All Might para después abrazarlos con fuerza, recordando quien le había dado tan lindos regalos.

Vio en su muñeca, aquel listón de color naranja, que aunque no tenía ya la esencia del rubio, el recuerdo de aquel momento pero sobre todo de la persona que era dueña aquel pedazo de banda seguía presente ahí mismo, sin poderlo evitar sonrió para después darle un casto beso.

-Kacchan...-nombro el apodo de su amado en un suspiro.-Hice el amor con Kacchan...-sus mejillas se tornaron de un tierno color carmín al volver a saber aquella realidad de la que de verdad dudaba que fuera cierta, pues como le dijo antes de aquel acto... Todo junto a él parecía un sueño.

A su mente llego el momento donde por fin había tomado el valor de revelar aquel sentimiento que tenía por él... Aquellas dos palabras que por fin salieron de él, tan llenas de sinceridad... "Te amo".

Llevo ahora su vista a la ventana, levantándose de su cama para ir rumbo a ella, abrió la cortina y vio lo hermosa que se veía la luna... Tal como la anterior noche, aunque claro, esa luna fue más especial; soltó un suspiro lleno de sentimiento, deseando en sus adentros que aquella historia con el cenizo... No tuviera fin.

-Luna... Tu que lo ves... Que nos ves... Te pido que nuestro amor... No termine nunca...

Ojos verdes veían con atención aquel astro lejano y brillante con anhelo, pero también unos ojos rojos veían aquel cuerpo celeste con sosiego pero a su vez con culpa.

"K-Kacchan yo... Te amo..."

Aquellas palabras jamás... en ningún momento abandonaron su cabeza, pues sentía mil emociones en su interior como alegría, ternura, miedo, gozo, dicha, conmoción... Tantas cosas.

Unas manos recorriendo su pecho lo hicieron reaccionar y así, desviar la vista de la luna a la persona responsable del toque de su cuerpo.

-Amor... ¿Qué tanto piensas?.-Uraraka lo obligo a voltearse a verla para así pegar sus labios con los del cenizo quien ni siquiera reacciono.

-En nada...

-Entonces...-con coqueteo susurro, bajando lentamente una de sus manos por el pecho de Bakugou hasta su abdomen perfectamente marcado.-¿Por que no lo hacemos?...-bajo de nuevo su mano, pero cuando estuvo apunto de llegar a su hombría este la aparto suavemente.

La castaña le miro confusa por detenerla.

-No tengo ganas...-susurro bajo, caminando despacio a la cama para después recostarse en ella.

Uraraka, después de aquel incidente con su mejor amiga (quien salió de la cárcel al llegar todos a un acuerdo) no interrogo al cenizo por haber llegado apenas esa mañana pues la lluvia también le había complicado el camino, pero el hecho de que nuevamente no quisiera tener relaciones con ella, comenzaba a hartarle en grande.

-¿Por que nunca tienes ganas?.-estaba segura que su amante tenía algo que ver con ello, pero le frustraba bastante no saber quien era.

Bakugou, quien le daba la espalda solo soltó un suspiro pesado y se giro a ver el techo del lugar con atención.

Yo soy Izuku, el pecoso nerd // KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora