19. Como cristal

2K 225 336
                                    

Las lágrimas no dejaban de salir... Nublaban tristemente su mirar... ¿Cómo podría frenarlas?... Si su corazón estaba destrozado como un cristal...

Negó repetidas veces, se negaba a aceptar que aquello fuera cierto, que fuera una de las tantas bromas pesadas de aquel rubio de ojos claros... Pero su lado racional no encontraba justificación, puesto que ¿Cómo sabe él... De aquel acto donde se entregó sin arrepentimientos a su ser amado?

Siguió un momento así, repasando velozmente aquellas hojas que estaban en sus temblorosas manos, hasta que el ruido de la gente al pasar por los pasillos de la empresa lo hizo reaccionar.

Guardo de nuevo aquellas notas en el sobre, junto con ello, todos los detalles también regresaron a la bolsa, la volvió a cerrar como si nunca la hubiese abierto, y guardo con esto, el dolor de esa terrible infamia...

Se llevó con él la bolsa y de un portazo cerro su oficina, cayo en su silla recargando su cabeza sobre sus brazos en el escritorio, sin poder contener el llanto y el dolor en su corazón.

Inmerso en sus pensamientos, no se dio cuenta que alguien tocaba a la puerta de presidencia, pues en ese momento solo existía un abismo de incomprensión.

Una suave voz se hizo presente en aquella oficina.-Buenos días...

Al abrir la puerta y notar la ausencia del presidente de Divine Fashion, estuvo a punto de cerrar y alejarse de ahí, pero logro escuchar un triste sollozo que provenía de la pequeña oficina.

Presurosa se acerca a ella y con unos suaves golpes anunciando su entrada, encuentra a Izuku devastado.

-¿Disculpa... Te encuentras bien?.-pregunto con preocupación, ya que aquellos sollozos se notaban la tristeza y el dolor.

Izuku al escuchar una voz desconocida, seco sus lágrimas, acomodo sus ropas al mismo tiempo que aclaraba su voz para poder atender aquella visita inesperada.

-S-Si, estoy bien...-acomodándose sus lentes le dijo.-¿Puedo ayudarle en algo?.-sin mirarla, fingió acomodar sus agendas prendiendo su computador, sin ser grosero, quería que esa persona lo dejará solo.

-No te preocupes...-le miro con ternura, pudo notar en su rostro el pesar de su corazón.-Solo venía a hablar con el presidente pero... Escuche unos sollozos...

Esta vez si alzo su mirada, topándose con aquella mujer hermosa que estaba con Aoyama hace unas horas.

-No se preocupe...-fue seco.-Estoy bien y respecto a...-trago pesado aquel nudo que jamás abandono su garganta.-A-Al Licenciado Bakugou... Él... Fue al aeropuerto a acompañar a los otros socios...

-Ya veo...-sonrió gentil pero sin apartar su vista del triste pecoso.

-A-Ahora si me disculpa... Tengo trabajo que hacer, si gusta puede pasar a la sala de espera...

Sin decir nada más, siguió con su trabajo, o al menos lo intentaba; pero Midoriya Izuku era el ser más transparente que puede existir, aquella mujer, de forma casi inmediata supo lo que le pasaba.

En silencio, se sentó en una de las sillas que estaban al frente de su escritorio, Izuku guio su mirada al movimiento de la silla, desconcertándose al ver tan espectacular dama sonreírle con cariño y comprensión.

-Yo sé que no estas bien cariño...-el pecoso no dijo nada, su labio temblaba y sentía el terrible ardor en la garganta, aquel ardor de un llanto reprimido.-Lo puedo saber porque dicen que los ojos... Son el espejo del alma... Y tu alma esta rota... ¿No es así?...

Siguió sin decir una sola palabra, lo único que pudo hacer fue bajar poco a poco su vista, sintiendo su corazón... Efectivamente roto.

-Esto también es parte de la vida...-susurro ella.-Lo sé por que en algún momento lo viví yo también... Quizás no sean las mismas consecuencias, porque cada quien guarda un dolor diferente en el corazón... Llora todo lo que tengas que llorar...-él levanto lentamente su rostro, dirigiendo su mirada a la mirada de aquella mujer en la que encontraba consuelo.

Yo soy Izuku, el pecoso nerd // KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora