ꗃ» 𝗵𝘆𝘂𝗻min !
🗝 ┃❝Tener una vida repetitiva y tranquila
es lo que Kim Seungmin esperaba por
mucho tiempo.
O era eso lo que esperaba antes de
conocer a Hwang Hyunjin.❞
ꗃescrito en primera persona.
ꗃa...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Me llamo Felix, ¿en qué puedo ayudarle? —dijo él cuando respondió a su número del trabajo.
—Estoy muy jodido —gemí en el teléfono.
—Seungmin. —No sonó sorprendido al escucharme—. ¿Sabes? He estado aquí sentado durante la mañana, mirando tu mesa vacía y preguntándome en qué momento de tu vida te enseñaron que estaba bien golpear a chicos guapos con tu coche. ¿Dónde me equivoqué contigo? ¿Fue algo que hice? ¿Tienes asuntos sin resolver con tu padre?
—¡Yo no le golpeé! —susurré/grité—. ¡Él se golpeó con mi puerta!
—Ajá. ¿Y no crees que fue producto de tu subconsciente?
—Ahora no, Yongbok—Le gruñí.
Se rió entre dientes.
—¿Por qué suenas tan molesto, muñequita? Me dijiste antes que se pondría bien. No te van a arrestar ni nada. Me aseguraré de que rellenen una reclamación para cuando vengas y de que se encarguen de sus facturas médicas. No es problema. No se ha roto nada, ¿verdad?
—No. Sólo tiene una conmoción y moretones.
—¿Entonces por qué parece como si tuvieras atascadas unas piedras del tamaño de sandías?
—Está en mi sofá con nada más que unos pantalones de ciclista y mi camisa.
Por la línea sonó como si algo se cayera. Un segundo después...
—Perdón. Se me ha caído el teléfono. Creí haberte oído decir que Hwang Hyunjin estaba sentado en tu sofá vistiendo tu ropa.
—Y unos pantalones de ciclista.
—Y pantalones de ciclista, sí.
—No puedes olvidarte de los pantalones de ciclista. —Ni yo tampoco. Jamás—. Fue él el que quiso venir —dije, como si importara.
—¿Seungmin?
—¿Sí?
—Sabes que te quiero, ¿verdad?
—Sí.
—Pues no te tomes esto a mal, ¿de acuerdo?
—Vale.
—¿Por qué demonios estás hablando conmigo por teléfono? —me gruñó en voz baja—. ¿Estás loco? Mueve el puto culo al salón, siéntate a su lado y ocúpate de todos y cada uno de sus caprichos, sin importar qué carajos sean. ¿Me entiendes?
Contesté con lo único que se me ocurrió, lo único que me había pasado por la cabeza desde hacía media hora.
—Le dije lo de Bakwi, y él me contestó que iba a enamorarse de mí.
Silencio.
—¿Felix?
—¿Te dijo eso? —dijo Felix por fin. Sonaba extraño.