ES REAL ；hyunmin

𝐓𝐄𝐍

Lo llevé al coche, aunque parte de mí se preguntó si de verdad tenía que agarrarse así de mí. Actuaba como si apenas pudiera andar y no dejaba de apoyarse en mí, tenía la cara escondida en mi cuello y rozaba los labios en mi piel cada pocos pasos. Traté de ignorar a la profesional administrativa atrevida cuando pasé por recepción, pero ella entrecerró los ojos al ver cómo me besaba "accidentalmente" el cuello otra vez y sacudió la cabeza mientras nos alejábamos. Pensé en decirle algo sarcástico ("¡Voy a probar tajada de mi hermano, atrevida!"), pero entonces Hyunjin me apretó un poco más fuerte y me olvidé de todo lo que no fuera poner un pie delante del otro.

Lo metí poco a poco en el coche, con cuidado, y luego me metí en el asiento del conductor. Cerré la puerta y se hizo el silencio. Me di cuenta de que esta era la primera vez que estábamos solos, verdaderamente solos, y que no tenía que ver con almacenes o ambulancias. Pensé en seis o siete cosas que decirle, todas tenían que ver con una disculpa por haber hecho que terminara en el hospital, al mismo tiempo que trataban de hacerme sonar guay. Entonces el silencio duró varios minutos y se hizo incómodo porque podía sentir su mirada mientras yo miraba fijamente hacia el frente, agarrando el volante.

—Y —dije.

—Y —dijo.

Me aclaré la garganta y me ordené mentalmente no sonrojarme. Fallé.

—¿Tu casa? O...

—Quiero ir a tu casa —dijo Hyunjin. Escuché la sonrisa en su voz, pero no me giré hacia él porque sus hoyuelos, aunque no se mostraban en todo su esplendor, seguramente me obligarían a hacer algo sexualmente estúpido. Como preguntarle si podía tocarle el pene. No creí que fuera educado.

Grazné. O gruñí. No sé cuál de los dos, aunque si tenía que elegir alguna, apostaría porque soné más como Mickey Mouse mientras le daban por el culo.

—¿Sí? ¿Por qué?

—Tienes que vigilarme, ¿no?

—Eh. Eso es lo que dijo el doctor.

—¿Y eres tímido y esas tonterías?

Puse cara de dolor.

—Qué divertido.

—¿Qué?

—Mi persona entera puede reducirse a "tímido y tonterías".

Él hizo un gesto con la mano.

—Bueno, lo eres. Por eso pensé en ir a tu casa, estarías más cómodo allí.

Lo pensé

—¿Tú eres el herido y estás pensando en lo que me haría sentirme cómodo?

—¿Qué puedo decir? Soy impresionante.

Ya no pude soportarlo más y me giré a mirarlo. Hyunjin estaba pálido y parecía tener la cara contraída casi imperceptiblemente, como si le doliera. Pero aun con todo, sonrió cuando lo miré, y sus hoyuelos hicieron acto de presencia y me dieron en la cara. "No preguntes si puedes tocarle el pene".