𝐒𝐄𝐕𝐄𝐍𝐓𝐄𝐄𝐍

731 130 20
                                    

—¿Seungmin? —dijo Hyunjin con voz neutra

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Seungmin? —dijo Hyunjin con voz neutra.

—¿Sí, Hyunjin? —Todavía me escondía tras las servilletas a pesar de que ya no tenía los ojos llenos de agua con limón.

—¿Recuerdas cuando me sacaste del hospital y me llevaste a casa hace unos días y creíste que yo estaba muy drogado y me hablaste de tu fantasma menstrual y yo te dije que creía que me estaba enamorando de ti?

Pensé que no se acordaba de haberlo dicho.

—Sí, Hyunjin, me acuerdo. —Y me acordaba. No creía poder olvidarlo jamás. No mientras viviera. Y estaba seguro de que se retractaría muy rápido.

Él respiró hondo.

—Bueno, pues estoy casi seguro de que ya estoy a medio camino.

Me quité las servilletas de la cara y lo miré fijamente. Él estaba extrañamente nervioso y no podía mirarme a los ojos. Se le colorearon un poco las mejillas.

—Acabas de ver un vídeo de YouTube de mí, cayendo en la exhibición de hipopótamos del zoológico y tragando agua llena de mierda, ¿y ahora estás a medio camino de enamorarte de mí, a pesar de que sólo hace unos días que nos conocemos?

Él asintió.

—Creo que eso lo resume.

—Dios mío —dije yo. Pero extendí el brazo y le agarré la mano.

Él sonrió y me la apretó.

Y esa sería una forma magnífica de acabar la primera cita, ¿verdad? Esa declaración, saber que yo había nadado con hipopótamos, que Gihoon puede o puede no haber echado vellos púbicos a la comida que vendría más tarde. ¡Es mágico! ¡Es maravilloso! ¡Muy, muy romántico! ¡Nada podría mejorarlo!

Para nada.

—¡Seungmin! —gritó mi madre en la calle, a mi espalda—. ¡Yuju! ¡Seungmin, cielo! ¡Soy yo, tu madre! ¡Tu padre está conmigo! ¡Seungmin! Oh, por el amor del cielo, Wonpil, creo que no me oye. Estoy prácticamente gritando su nombre. Puede que se haya quedado sordo.

—No, prácticamente no —dijo mi padre con suavidad—. Estoy seguro de que pueden oírte en México.

—Kim Wonpil —le regañó ella—. Qué cruel.

—Tú... ignóralos —conseguí decirle a Hyunjin.

—¿Son tus padres? —preguntó, mirando por encima de mi hombro—. Se parecen a los de la foto de tu dormitorio.

—Cuando te diga que corras, corre, ¿vale? —susurré con brusquedad—. A la de tres.

—¿Qué? No vamos a salir corriendo.

—Uno...

—¡Yuju, Seungmin!

—Dos...

Hyunjin saludó a mis padres por encima de mi hombro.

ES REAL ;hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora