𝐓𝐖𝐄𝐍𝐓𝐘 𝐍𝐈𝐍𝐄

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Y mi ira/valentía/maravillosidad no se desinfló ni siquiera cuando Hyunjin abrió la puerta, no pareciendo muy contento de verme, tras casi darle yo puñetazos

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Y mi ira/valentía/maravillosidad no se desinfló ni siquiera cuando Hyunjin abrió la puerta, no pareciendo muy contento de verme, tras casi darle yo puñetazos. Casi me sentí mal por interrumpir sus preliminares, pero entonces me di cuenta de que no me sentía mal en absoluto.

—Seungmin —dijo con severidad.

Pasé por su lado.

—Lo siento, no fue mi intención interrumpir su fiesta de amor. ¡Changbin! Cómo me alegro de verte. Saca el culo a la calle para que pueda partirte la boca. Ahora.

Changbin abrió los ojos como platos.

—¿Perdón?

Me pegué a su cara.

—Tú y yo. Vamos a batirnos en duelo.

Él resopló.

—¿Qué demonios te has fumado?

—Una lata de patea culos —le dije. Entonces pensé que lo que acababa de decir—. Espera... eso no tiene sentido. Rápido, pregúntamelo de nuevo. Puedo hacerlo. —Me crují el cuello y salté con ambos pies como si fuera un boxeador. Músculos sueltos. Músculos sueltos.

—¿Qué?

—Pregúntame otra vez que me he fumado.

—Yo no... ¿de qué estás hablando?

—¡Hazlo!

—¿Vale? ¿Qué te has fumado?

—No, tienes que hacerlo como antes.

—¿Cómo lo dije antes?

—Sonabas ligeramente divertido, sarcástico y enfadado. Creo. Y tienes que volver a decir "demonios". Lo hace sonar más duro cuando hay maldiciones.

—¿Decir "demonios" es maldecir?

—Sí. Bueno, mi padre dice que sí.

—Eres muy raro.

—Tú y yo —le gruñí—. Vamos a batirnos en duelo.

Se quedó mirándome.

—¡Di tu frase! —le siseé.

—Eh. ¿Qué demonios te has fumado?

—Nada —dije yo solemnemente—. Yo no fumo porque fumar mata a más de ocho millones de personas cada año. ¡Maldita sea! ¡Eso tampoco ha tenido sentido! ¿Por qué no se me ocurren respuestas increíbles?

—Ah, ¿eso es lo que estamos haciendo? Házmelo. Tengo una buena. Comenzaré. —Changbin dio un paso atrás e infló el pecho—. Tú y yo —espetó—. Vamos a batirnos en duelo.

Me asustó un poco.

—¿Qué demonios te has fumado? —grazné.

—La pipa de tu padre —me gruñó. Entonces sonrió de oreja a oreja—. ¿Qué tal? Tengo algunas más por si...

ES REAL ;hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora