𝐅𝐈𝐅𝐓𝐄𝐄𝐍

974 135 66
                                    

—¿Por qué estás nervioso? —preguntó Felix—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Por qué estás nervioso? —preguntó Felix—. Ya te has besado con él en casa y en el trabajo, lo has visto casi desnudo, han dormido en la misma cama y ha pasado un día entero en tu regazo. ¿Qué te pone nervioso?

—¡No lo sé! —lloriqueé, registrando mi armario para buscar un conjunto que dijera: "Hola, me llamo Seungmin. Soy sexy, seguro de mí mismo y no sudo a mares por las axilas y la parte trasera de las rodillas". Hasta ahora no había tenido suerte con toda la ropa que me había puesto: o me hacía parecer un pavo noventero o un prostituto vietnamita.

Felix dijo que no podía imaginarse lo del prostituto vietnamita, pero le aseguré que parecía llamarme Pham Dao Lin y trabajar en un burdel que se llamaba Flor de Loto, donde ofrecía pajas a hombres que tenían una fijación sexual con los guantes de goma.

—Bueno —dijo él, mirando con el ceño fruncido un par de zahones de mis días de vaquero-BDSM-aspirante—. Te daría un Xanax, pero es posible que te desmayaras y te ahogaras con la sopa del aperitivo. No sé si a Hyunjin le resultaría atractivo. O puede que tenga un fetiche muy raro y piense que estás muy candente con minestrone cayéndote por la cara.

—Oh, Dios —gemí—. ¿Y si tiene fetiches raros? ¿Y si quiere meterme cosas por la uretra mientras me obliga a vestirme de Sailor Moon?

Felix se quedó mirándome.

—¿Qué carajos has estado viendo?

—Busqué accidentalmente fetiche en Google —le respondí, encontrando un par de Crocs en el armario. No sé de dónde salieron, porque estaba seguro de que yo no era una lesbiana de Ohio dueña de una librería—. Pensé en buscar algunas cosas sexys para hacer sólo por si... ya sabes. —No podía mirarlo.

—Ajá. ¿Y qué encontraste?

—Muchas cosas —murmuré—. Hay personas seriamente locas en el mundo. Pero entonces empecé a excitarme y eso me dejó acojonado, así que me puse a buscar porno normal como hace la gente normal.

—Gracias a Dios por el porno normal —dijo Felix—. Minnie, entiende, por favor, que te quiero con todo mi corazón. De verdad que sí. Pero tenemos que llevarte urgentemente de compras. Estoy convencido de que acabo de encontrar algo de pana, y estoy reconsiderando seriamente nuestra amistad.

—Oye, tuvo una reaparición —dije—. En los noventa.

Él esperó.

—A principios de los noventa.

Esperó más.

—De acuerdo, en marzo de 1992. Pero sabes que me cuesta tirar las cosas.

Suspiró.

—Lo sé. Pero también sé que voy a encender la televisión un día, te encontraré protagonizando un episodio de Hoarders y me preguntaré si podría haberme esforzado más en salvarte. Para entonces, yo seguramente seré superfamoso y viviré en un palacio con un harén de iraníes que me lamerían las pelotas cada vez que lo pidiera, y tú estarás aquí, con tus montañas y montañas de pana. Pensaría en ti con cariño, pero tu recuerdo seguramente estaría teñido de un ligero desdén.

ES REAL ;hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora