𝐓𝐇𝐈𝐑𝐓𝐄𝐄𝐍

816 140 74
                                    

4) Tiene el pelo más suave del mundo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

4) Tiene el pelo más suave del mundo.

Lo acaricié con los dedos mientras se quedaba dormido. Él tarareó suavemente mientras le rascaba el cuero cabelludo. Se quedó dormido y yo empecé a dormirme también. Nos quedamos así durante horas. No me moví.

No quise hacerlo.

5) Hyunjin no tiene problemas con los gérmenes y los tampones le resultan curiosos.

Me desperté tiempo después. Fuera estaba oscuro y tenía las piernas dormidas. Miré mi regazo. Hyunjin seguía acurrucado en mí, su cara apuntaba a mi estómago, roncaba suavemente y agarraba mi camisa con una mano como si quisiera estar atado a mí. Lo miré mucho rato, preguntándome en qué demonios me había metido.

Esta semana estaba resultando ser la más extraña de mi vida, y no sabía si quería que se detuviera. Por ahora estábamos en una pequeña burbuja, y sólo estábamos él y yo, no importaba lo demás, o al menos de momento. Volví a pasarle la mano por el pelo. Entonces me di cuenta de que estaba observándolo dormir y que la situación era espeluznante. Algunos pensarían que era romántico. Yo pensaba que estaba a un paso de meterlo en un hoyo en mi sótano y decirle que se frotara la loción en la piel, o si no, volvía la manguera.

Además, se me estaban acalambrando las piernas.

—Oye —dije en voz baja, sacudiéndolo un poco.

Nada.

—Hyunjin —dije un poco más alto.

Nada.

—Te la chuparé si te despiertas ahora mismo. —"No acabo de decir lo que acabo de decir".

—Estoy despierto —contestó él algo rápido al abrir los ojos.

Lo miré con el ceño fruncido.

—Eso es trampa.

Él sonrió mientras se desperezaba.

—Ya lo has prometido. No puedes echarte atrás.

—Quita de encima. La cabeza te pesa quince kilos.

—Una cabeza humana sólo pesa cinco kilos —resopló él mientras se sentaba bien.

Lo miré fijamente.

—¿Qué? —dijo en tono defensivo—. Puedo no ser inteligente, pero sé algunas cosas.

—¿Y una de esas cosas es lo que pesa una cabeza humana? —pregunté.

—Esa no la sabías, ¿verdad? —preguntó él, sonando extrañamente tímido.

Sí que lo sabía (no sé por qué), pero por alguna razón pareció importante que no se lo dijera.

—No. Para nada.

Él pareció desmesuradamente complacido.

—No te alejes de mí, niño. Te enseñaré algunas cosas.

ES REAL ;hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora