ЭКСПЕРИМЕНТИРОВАТЬ С СЕРДЦЕМ

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(Eksperimentirovat' s serdtsem)

EXPERIMENTAR CON EL CORAZÓN

Una nueva lágrima se desliza por el borde de mi mejilla e intento quitarla antes de provocar más

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Una nueva lágrima se desliza por el borde de mi mejilla e intento quitarla antes de provocar más. El sosiego a mi alrededor es tan tétrico y solitario como la mayoría de los días al regresar a casa; el olor de la humedad se filtra a través de la madera de las paredes y el revestimiento hace un vago intento por ocultarla de la vista principal.

La sala se encuentra extrañamente vacía, los entrenamientos han sido un hipnótico para mis hermanos las últimas semanas y la facilidad para desprenderse de la sensación de muerte me resulta desesperanzadora.

Mi estómago se oprime entre arcadas mientras intento apartar más lágrimas que nublan mi visión, intentando desprender la piel felpuda e inocente del pequeño roedor que perdí en la prueba. La inocencia reflejada en sus ojos frente a uno de sus depredadores más temidos, me desconcentró demasiado, su vida se debatió entre mis manos mientras desintegraba su existencia paulatinamente. El hedor de su vida se coló en mis fosas nasales y ese estremecimiento de agonía aún puedo conciliar sentirlo si me pierdo en la oscuridad de mis pensamientos.

La consistencia de la vida del animal perdida entre mis manos, es un equivalente a la que yace derramándose entre las paredes de la cámara en la prueba fallida. El desgarrador grito de pánico tras el detonante en el interior del tronco encefálico, continúa haciendo eco en mi mente.

Apenas concilié un instante de comprender mis errores antes de huir de la escena, incapaz de tolerar la decepción reflejada en los ojos de mi padre; el sentimiento desolador tras ese remordimiento es intolerable.

Los fragmentos de piel ensangrentada continúan adheridos bajo mis uñas, el hedor agrio de la muerte fermentada en mi cuerpo ni siquiera concilia afectarme; ni siquiera el condicionamiento forzado de los venideros entrenamientos físicos a los que seré sometida por el fallo.

Es la decepción de papá y la corrosiva evasiva de un interés fraternal en las próximas semanas lo que destroza mis nervios en este estresante silencio.

El móvil no conecta con él, aún después de intentar bajar la guardia con una ducha fría y desprenderme de los restos de mis errores.

Podría estar ocupado.

O simplemente has decepcionado las expectativas que tenía sobre tus logros.

Cierro los ojos hundiéndome en este remordimiento bajo el adormecimiento de los músculos, a causa de la tensión acumulada, el estrés es un detonante conciliador de la ira, y el engullido es una presión que se afirma alrededor de mi cuello.

Nunca he sido buena para manejarlo.

Respiro hondamente intentando aplacarlo, pero el sabor amargo debajo de la lengua oprime mi estómago y se refleja en la fuerza autodestructiva que hace estallar en pequeños fragmentos la lámpara contigua al sofá. La madera agrietada de café, se astilla destruyendo la pared y desestabiliza los cuadros cuando la arrojo por encima del colgante del techo.

TOCKA [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora