МАНИПУЛЯЦИОННАЯ ПРИХОТЬ

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(manipulyatsionnaya prikhot')

CAPRICHO DE MANIPULACIÓN

El calor de sus labios se instala sobre la piel de mi mano con delicadeza, una caricia que se desliza apenas sobre mi muñeca y vuelvo a sentir la humedad de su boca con una sutileza que me eriza la piel

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El calor de sus labios se instala sobre la piel de mi mano con delicadeza, una caricia que se desliza apenas sobre mi muñeca y vuelvo a sentir la humedad de su boca con una sutileza que me eriza la piel. A través de sus ojos selváticos, se instala un brillo letal de atracción inmediata que, me permito ignorar mientras dura el efecto de su compasión.

Avgust respira de mí, obtiene una gratificación bajo la sumisión que lo delata, especialmente cuando una sonrisa tira de las comisuras de sus labios en contemplación de mi incómodo silencio. No es a falta de seguridad, es un sentimiento de inquietud ante el replanteo de nuestras acciones, una perspicacia que demanda una arrolladora sensación que no estoy segura de que ellos concilien notar.

Acaricio su cabello con delicadeza, mis dedos se hunden en sus hebras suaves y castañas y el efecto adormece sus sentidos, lo suficiente para alzar su atención directamente hacia mí. Ese encanto de burlar los parámetros de la manipulación, de sobrellevar límites y estilizar los pensamientos, tanto como mi interés persista, podría conocer finalmente su frontera.

Aquellos ojos letales, consumidos por el dolor tras la cámara de cristal, representan tanto a una amenaza como a la libertad de estas cadenas que me hunden bajo su peso en las tinieblas.

Oksana podría convertirse en su siguiente afición; podrían perder el interés en ti; un juguete nuevo con el que jugar.

Sus dientes se ciernen alrededor de mi muñeca con un poco de presión y mi cuerpo reacciona en advertencia; bajo las sombras de la noche, apenas vislumbrando sus facciones, bajo la contemplación de la luna, puedo ver la diversión que esconde su sonrisa.

—Juego contigo, conejito —suaviza su voz ronca, cargada de esta emoción erótica de la que desborda y vuelve a besar la marca que dejaron sus dientes sobre mi carne.

Diversión.

—¿Me amas?

Sus cejas enarcadas tiñen de oscuridad la lascivia en sus ojos, perpetuo silencio nadando en la seguridad que nos aborda mientras las palabras se deslizan sin vacilación.

—Haría lo que fuera por ti, conejito —Una caricia hunde mi rostro ante la intimidad y me permito cerrar los ojos mientras siento su olor, abastecerme de calidez a mi alrededor—- Nika, esto no es por el ataque de Vassiliy en el gimnasio, ¿verdad? ¿Hay algo más? Puedes hablar conmigo —ambas manos fijan mi rostro ante el suyo en súplica—, si la defensa de Markov no fue suficiente, puedo encargarme personalmente de él y de cualquiera que te inquiete de esta forma.

No hay respuesta inmediata a mi inquietud; acostumbrados a la orden y respuesta inmediata, no reconocen la reflexión de una respuesta que involucra los sentimientos.

Respiro de su aliento entre mis labios, humedeciéndolos, mientras concilio llegar hasta los suyos; si necesita un estímulo para asegurar una reacción, puedo ayudarlo a notar la diferencia. Mi boca presiona la suya y la calidez que desborda el sentimiento nos engulle en el sabor del otro; mi cuerpo tiembla ante ese extraño sentimiento que arrulla bajo mi pecho y retuerce mi estómago en los nervios que fraguan las inseguridades.

TOCKA [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora