ПРЕДАТЕЛЬСКОЕ УДОВОЛЬСТВИЕ

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(predatelʹskoye udovolʹstviye)

PLACERES TRAICIONEROS

Mi labio superior es una invitación inusitada a la caricia de su pulgar; una gélida mordida de escalofríos trepa por mi espina, augurando una amenaza cuando sus dedos inmiscuyen debajo de la protección del satén, un deseo abrasador sucumbe por deb...

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Mi labio superior es una invitación inusitada a la caricia de su pulgar; una gélida mordida de escalofríos trepa por mi espina, augurando una amenaza cuando sus dedos inmiscuyen debajo de la protección del satén, un deseo abrasador sucumbe por debajo de la piel y su sonrisa lobuna se acentúa en su expresión oscura.

—No soy una de tus chicas, Pav...

—No —me interrumpe; su aliento se percibe caliente y picante entre mis labios cuando su rostro se inclina sobre mí; una intimidad que se desborda con el aroma de la excitación en el aire y la acentuación de los pecados morbosos de la noche—, no lo eres.

—Debes dejar de tratarme...

—Baila conmigo —brama; sus manos alrededor de mi cintura aprisionan el jadeo de la sorpresa al concebir el calor que desprende su cuerpo; la sensibilidad palpable de sus músculos cernidos y tensos temblando con la necesidad de tocarme sin atreverse.

Una caricia estremecedora, mece una distracción de mi cuerpo para sentir el caos emocional que sucumbe de las profundidades de mi subconsciente; el latido frenético, tamborilea bajo mi pecho al percibir la piel de su cuello y pecho bajo la caricia trémula de mis dedos; Pavel nos deja hundir en el jadeo de la música, arrullándonos mientras las sensaciones se respiran entre nuestras miradas.

Sus dedos trepan erizando mi espina en un suave desliz, mis manos se hunden en su cabello castaño, redescubriendo la suavidad entre mis manos. El ritmo es marcado por su cuerpo, arrastrándonos peligrosamente a las fauces voraces de una madriguera que alberga tanto encanto exótico como mórbida lujuria.

YA nabil tvoye imya na levoy ruke (llené tu nombre en mi mano izquierda)...—murmura; su voz, ronca la canción mientras alude con su mano izquierda mi nombre cincelado en ella. Sonrío. Gira mi cadera bruscamente y la tensión acumulada entre nosotros se acentúa con el contacto erótico que despierta su intimidad presionando contra mí.

Sus caderas mecen las mías en un sutil y excitante contacto, permitiéndome percibir su necesidad, su deseo y el temblor en las seguridades que laten entre nosotros. La caricia del vello incipiente bajo su mentón, causa un escalofrío sobre la piel expuesta de mi cuello, no más que el susurro en decibel de su voz en mi oído, vacilando la letra.

—Sé por qué me pediste venir...

La inseguridad late una vez más en mis pensamientos, un ensañamiento del ego por restar validez a los sentimientos; la sensibilidad del mimo sobre la piel de mi muslo, interceptando la tela y apartándola para dejarme redescubrir la urgencia en su deseo, envían escalofríos por mi espina.

No hay conciliación en las emociones, la incapacidad es un escabroso pedido de auxilio del ego herido.

Lish' potomu chto tak chasto vrala (solo porque mentiste tan a menudo) —interrumpe, cantando en mi oído suavemente; el sonido es delicado y viril, electrificando la piel a su alcance—. Chto sama vo vse eto poverila (que tú mismo creíste en todo esto).

TOCKA [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora