ПЫТКА ПАМЯТИ

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(pytka pamyati)

LA TORTURA DE LA MEMORIA

La habitación está sumida en la más profunda oscuridad; el letargo de mi cuerpo es apenas perceptible por el débil movimiento que fragua mi pecho para respirar, dificultosamente, a través del collar que ancla mi cuello a la gélida pared a mi espalda

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La habitación está sumida en la más profunda oscuridad; el letargo de mi cuerpo es apenas perceptible por el débil movimiento que fragua mi pecho para respirar, dificultosamente, a través del collar que ancla mi cuello a la gélida pared a mi espalda. El dolor se propaga por cada terminación nerviosa entumecida, el hundimiento de mis fuerzas ha extendido una alerta de pérdida de juicio y el ego me contempla con horror sumida entre mis propios miedos.

El control del tiempo se ha desvanecido tras la primera contienda de golpes que nublaron mi pensamiento, la conciencia no concilió permanecer estática por más tiempo del que me dispuse, los años han atrofiado la resistencia del espectro valiente que se anteponía ante las adversas torturas de AMGER.

Él tenía razón; tanto talento desperdiciado.

La codicia de mi Viktor por las habilidades estratégicas es lo único que me mantenía bajo la suspicacia de su atención. Ahora, el aprisionamiento de mi moral, sometimiento y abuso condicionan aquel profuso cariño que envidiaban mis hermanos.

No hay redención para los traidores; si no necesitase la influencia de mis genes en sus manipulaciones de la genética, hubiese sido más piadoso para jalar el gatillo en mi contra.

El sosiego ejerce una fuerza mayor para la reconciliación de mis extremidades, la carencia de oxígeno en el interior de la cámara de confinamiento también es un sustento expropiador de esperanzas. A través de una respiración profunda que lacera la piel que somete la circunferencia de mi cuello, concilio diferenciar el suelo de mis piernas, el letargo es tortuosamente lento, pero es suficiente para comenzar a despertar nervios y recuperar el circuito de sangre hacia el resto del cuerpo.

Los músculos están resentidos, el dolor continúa extendiéndose por debajo de la piel y me desgarra el alma sentirme atrapada entre las oscuridades de un pasado que no creí volver a sentirlo apuñalándome por más tiempo. El corazón palpita lento, entre lágrimas que se deslizan por mis mejillas, sumiéndome en este suplicio, ahondando profundamente en el destierro emocional que concilié los años que me escondí entre estas paredes.

El rostro pútrido del pasado ha desvanecido la máscara diaria; no existe nada que concilie ocultar este ser corrompido por la oscuridad.

Luz se filtra a través de un par de rendijas fijadas a la pared, voces se aproximan y el corazón tropieza bajo mi pecho sin la conciliación de tomar una respiración profunda; el collar forjado de hierro ajusta su propio ritmo, ahorca tanto mi desesperación que me retuerce en la misma con la misma alerta de muerte.

La psicótica y déspota tiranía de Iván IV por prevalecer por sobre los débiles y sometidos, continúa siendo una excéntrica necesidad de posición para Viktor.

Las sombras se deslizan con imponencia y seguridad entre las rendijas, desvistiendo mis terrores nocturnos y la falta de sueño se propicia a través de mis sistemas en alerta.

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