TOCKA [+18]

СМУЩЕННЫЕ ЭМОЦИИ

(Smushchennyye emotsii)

EMOCIONES CONFUSAS

Pavel me abraza, tomándome de las piernas, acurrucándome contra su pecho y deleitándome con su aroma; es cálido, paciente y fuerte. Sus brazos me rodean con sumo cuidado, nota la pereza en mis movimientos, el exhaustivo intento por permanecer consciente mientras me hunde el sueño a grandes zancadas.

Hunde su rostro en mi cuello y deposita un beso casto que me hace temblar el alma. —Estás bien. No existe lugar en el mundo donde podrían ocultarte de mí.

Su promesa reabastece de calidez mi pecho, mientras siento su respiración calmarse paulatinamente. Avgust se acerca para besar mi coronilla y dejar una caricia sobre mi cabello.

Antes intenté excusar sus actos de una forma retorcida, permitiéndole la tortura a un inocente de sus celos; pero bajo la protección de mis hermanos y la calidez del cuerpo de Pavel me siento poderosa, inmune a cualquier desastre colateral.

Me quejo, apartándome un poco de la oscuridad parsimoniosa de las profundidades del sueño y encuentro el rostro curioso de mi salvador. Sus ojos opiáceos brindan energía a este cuerpo resentido. —Necesito traerlo de regreso.

La iridiscencia en sus ojos se detona con mi petición, puedo sentirlo fluir con el impacto a través de su piel caliente y su respiración acelerándose rítmicamente.

Una vez se me pidió conciliar la atención de la bestia y manipular sus deseos a un control superior. Es momento de tirar de las cuerdas que tengo atadas a su cuello.

—Necesitas descansar.

—No sería la primera vez que tengo un letargo como este —presiono mi suerte, consciente de que los gemelos tienen mayor afinidad con la rudeza de los entrenamientos. Cruzan miradas y Pavel resopla.

Me retuerzo entre sus brazos mientras él me permite descender de su calidez, mis piernas no se sienten lo suficientemente fuertes, pero me esfuerzo para mantener el equilibrio.

Las manos de Avgust me sostienen por detrás con suavidad; desde la confesión de mi primer beso con Yuri todos tienden a tratarme con sumo cuidado, como si tuviese la fragilidad de una porcelana fina.

—Apenas concilias ponerte en pie —objeta Avgust.

Es cierto. Mis piernas resienten la presión y es Avgust quien me sostiene por la cintura. Sus labios se acercan a mi oído sin querer. —Iremos nosotros.

Paso saliva. —Me usaron como señuelo para disfrazar su destino, Vasiliy lo supo de alguna fuente interna, la intención era distraer su juicio para enviarlo a asesinar a ese maldito político en Escocia.

—¿Qué significa para AMGER? —inquiere Avgust.

—Para Vlad solo fue un comunista —explico.

—Es personal —intercede Pavel, reflexionando— te vendieron con la intención de obligarlo a no interceder en la misión. La información... fue Gavrel quien dio la alerta.