ГНУСНЫЕ ПРЕТЕНЗИИ

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(Gnusnyye pretenzii)

PRETENCIONES INFAMES

El motor del utilitario es un dispositivo que resiente mi voz de traidor; no concilio encenderlo y la paciencia acaba por consumirme en los nervios, la tensión en mis músculos y la enervada condición de angustia que se filtra alrededor de mi pecho...

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El motor del utilitario es un dispositivo que resiente mi voz de traidor; no concilio encenderlo y la paciencia acaba por consumirme en los nervios, la tensión en mis músculos y la enervada condición de angustia que se filtra alrededor de mi pecho, es punzante, agónica y no soy capaz de refrenarla.

Mis puños cernidos sobre el volante, hacen temblar la goma en intentos de liberar la presión acumulada, la dureza de los golpes astilla y rompen mis uñas, lágrimas desbordan un sentimiento autodestructivo por prevalecer una vez más, frente al abismo irracional de mi inconsciencia. Una vez más, la oscuridad del pasado ha corrompido mi juicio y templado la seguridad en mi estabilidad emocional; advirtiendo de su amenaza, condicionando el progreso en un par de insignificantes pasos lejos de mi ansiada libertad.

—No quiero —lamento; el escozor de las lágrimas arde sobre la piel, no obstante, la sensación se refleja con hostigamiento peor por debajo de mi pecho. La ansiedad aclamando cada una de mis lágrimas en una desesperación que me asfixia, tentada a destrozarlo todo si el resultado contrapone mis responsabilidades—. No quiero hacerlo... No quiero... ¡Govno!

El brío en mis cuerdas me retuerce el alma, hostigándome con la misma voracidad implacable que años antes al responder por el interés tóxico de una figura paterna de la que ansiaba sentir atención. Mi orgullo es engullido por la apabullante realidad bajo la amenaza de Markov y el condicionamiento de los años oscuros, de la moral desintegrándose entre mis manos, así como escurría la sangre de mis enemigos.

Temo volver a perderme en esa desoladora sensación de abatimiento, de resentir mis actos y mi psique entre las manos del tirano dictador que se autoproclama nuestro salvador.

¿O temes reencontrarte con la sombra que tantos años te has esforzado por ocultar?

No todos los conflictos necesitan respirar de la luz del presente; la oscuridad puede resultar mucho más conciliadora que la aceptación del monstruo que se esconde bajo la piel de una sonrisa fingida.

Aparto mis lágrimas intentando encubrir la miseria atascada en mis inseguridades y tomo una respiración profunda intentando reflexionar mis opciones. El futuro que depara entre mis dedos aún me aterra, no obstante, permanezco concentrada en mis posibilidades; el desgaste de emociones por mi regreso no debería conciliar una interferencia para encontrar una salida temprana para mis amigas.

Necesito hallarlas a salvo de mis demonios resentidos.

Un gélido escalofrío toma posesión de mi cuerpo en el instante en que camino descalza por la avenida; las temperaturas descienden considerablemente más rápido que en Glasgow y la soledad invasora de las calles resulta una amenaza para el sentido de orientación que intento forzar a reconocer el espacio.

TOCKA [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora