TOCKA [+18]

ДОМ, МИЛЫЙ ДОМ

(dom, mily,dom)

HOGAR, DULCE HOGAR

—Tienes sangre —advierte, señalando con el dedo índice sobre su nariz—, justo aquí.

Suspiro cayendo de espaldas en su cama y su atención se desplaza de la laptop hacia mí instantáneamente. Me toma por los hombros y sus dedos se deslizan en mis axilas para acercarme sobre su abdomen y recostarme en medio de sus piernas.

Toda su habitación lleva impregnada su colonia, pero solo presionando su espacio obtengo de ese olor varonil que solo posee su piel.

Lame su dedo y limpia la sangre de mi nariz con cuidado antes de llevárselo nuevamente entre sus labios; acción que atrae completamente mi atención.

Pavel, quien ha entrado segundos después de mí a invadir la privacidad intimidante de Markov, toma asiento en un sofá no muy lejos de la cama.

—Pyotr renunció anoche —explico en un resoplido de cansancio—. Y padre me pidió encargarme de ese asunto hoy por la madrugada; la base de datos de su laptop tenía cientos de archivos encriptados sobre nosotros y los tratamientos de la genética experimental. Pav dice que tiene un espía entre nosotros.

—Su equipo no se especializa en esa rama y el contenido de los archivos no es de la misma procedencia de su sector de trabajo —explaya Pavel encendiendo un cigarrillo con su mano tatuada—. Ha estado recibiendo información de experimentos en áreas restringidas, inclusive encontramos grabaciones de los tratamientos de AMGER en bioquímica y la mecánica de detonación con radiación.

Me giro hacia mi captor y sus ojos dilatados y azules son lo primero que se gana mi admiración. Sonrío mientras Pavel continúa su relato con entusiasmo.

—Hicimos un Verschärfte Vernehmung pero nos cansamos luego de unas horas, además, Pyotr fue bastante duro durante todo ese tiempo. No dijo una sola palabra así que empezamos a buscar algo que nos ayudara a soltarle la lengua.

Markov toma una respiración profunda acariciando mi cabello sin apartar sus ojos de mi rostro. Su concentración se basa en la creencia de que realmente la está ejerciendo, a pesar de que sus pensamientos tienen una dirección diferente en su lóbrega mente.

Markov es predeciblemente errático, también.

—¿Qué encontraron?

—Un Vicloon —admito y sus ojos se dilatan con la sorpresa. Ese deseo que dilatan sus ojos es una fuerza de atracción peligrosa que retiene mis pensamientos y me somete a esa oscuridad. Mis mejillas se tiñen de inmediato e ignoro por completo su atención.

—Pyotr tenía un Vicloon —prosigue Pavel—. No tienes idea de cuántas veces se automutiló porque la cuchilla quedaba atascada entre los nervios —suelta una risa escueta mientras pita del cigarrillo nuevamente, exhalando con gracia del humo en el denso ambiente—. El muy imbécil no dejaba de moverse, la sangre estaba en todas partes.