Capitulo 8

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Los siguientes dos días los pasaron en el hospital .La operación de Diana había sido un éxito,pero tuvo que pasar dos días más allí para comprobar que todo iba según lo planeado.
Sarah y Tom estuvieron la mayor parte del tiempo con su madre,pero Layla logro convencerlos para que se fueran a casa a dormir , ella se quedaría con ella, para eso la habían contratado, y si había algún cambio les avisaría enseguida.
Diana se lo agradeció enormemente, adoraba a sus hijos pero no aguantaba ni un minuto más a ninguno de los dos preguntándole si tenia frío,si tenia calor ,si quería otra almohada o cualquier cosa por el estilo.
La mañana del tercer día le dieron el alta y pudieron volver a casa,por fin.
Sarah,William y su marido llevaron a Diana a casa,al ser un coche familiar iría más cómoda, así que Layla volvería a casa con Tom .

De vuelta a casa Tom se disculpó por lo sucedido la noche anterior a la operación :
—Respecto a la otra noche ,lo siento de veras.No suelo ser tan indiscreto ...no sé que me paso por la cabeza.
Si vas a estar incomoda conmigo en casa...me marcharé esta...—
Layla le interrumpió:
—¿Qué?No...en serio no es para tanto,yo también hubiera echo lo mismo si te hubiera encontrado medio desnudo en la cocina...mmm ...¿ lo he dicho en voz alta verdad? —.
Y los dos estallaron en una carcajada.
—Ahora la avergonzada soy yo,pero enserio no hace falta que te vayas... me gusta tu compañía—dijo agachando la mirada.
La verdad es que a pesar que solo hacia tres días que lo conocía,era muy fácil hablar con él, y allí,lejos de su familia y amigos , necesitaba uno.
—Gracias Layla—dijo Tom—te prometo que no volverá a pasar —
Aunque sabía que aquella promesa sería difícil de mantener. No podía borrar de su mente aquella imagen.

Llegaron a casa e instalaron a Diana en su habitación, no podría moverse de allí en un par de días así que Layla lo dejo todo preparado para poder atenderla.
Tom fue al jardín a podar unos rosales, el jardinero estaba de vacaciones y Diana había sido muy insistente,normalmente se ocupaba ella , pero al no poder moverse le encargó el trabajo a él.

Layla le hizo las curas a Diana y después fue a hacer un poco de té helado, el calor era insoportable, y al no estar acostumbrados a aquellas temperaturas la casa no contaba con aire acondicionado.
Le llevo su té a Diana, que nada más acabárselo se quedo dormida como un bebe.Bendita la facilidad que tenía para dormir y no despertarse con nada .

Volvió a la cocina a buscar un vaso para Tom,llevaba más de una hora al sol y debía estar sediento.

—Tom, te he traído un poco de té helado—dijo mientras lo dejaba en la mesa que tenían fuera .
Layla notó como sus mejillas comenzaban a arderle,  y no precisamente por el sol, la visión de Tom saliendo de detrás de los rosales, sin camiseta y sudado hizo que se quedara mirándole como si de un dios griego se tratase.
¿Como podía ser tan jodidamente sexy? —pensó .

—Layla,¿te has sonrojado?—preguntó divertido , pues iba a ser verdad lo que le había dicho en el coche hacía unas horas—vaya parece que tú tampoco eres de piedra—Esta vez Layla no se iba a marchar en silencio

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—Layla,¿te has sonrojado?—preguntó divertido , pues iba a ser verdad lo que le había dicho en el coche hacía unas horas—vaya parece que tú tampoco eres de piedra—
Esta vez Layla no se iba a marchar en silencio.
—No todos los días una ve al dios de las mentiras sin camisa, y menos haciendo de jardinero.
Y ahí sí dio media vuelta,se disponía a volver a la cocina cuando notó que la mano de Tom cogía la suya y un escalofrío recorrió todo su cuerpo.
—Hazme compañía un rato, por favor —dijo él cuando Layla se giró .
—T-tengo cosas que hacer—dijo casi sin voz alejándose un poco de él.
—Vamos Layla, no voy a comerte ...—pero sus ojos no decían lo mismo.
Tom le había prometido que no volvería a hacer nada así, pero el ver como ella le había mirado lo había echo desearla aún más.
Vio como Layla se dirigía a él,directa a él. Se paró a pocos centímetros , puso una mano en su pecho y levantó una mano mientras se ponía un poco de puntillas para llegar bien...
Tom no sabía que hacer ,  ¿iba a besarlo? Y cuando éste puso una mano en su cintura, escuchó que decía :
—Tienes un corte en la mejilla—mientras le limpiaba con una servilleta que había cogido .
Layla se había armado de valor , podría haberle dicho que tenia un corte y que él se encargara,pero decidió seguirle el juego.
Y los dos se quedaron así lo que parecía una eternidad, aunque solo fue un minuto.
—Tom...—
—..mmmmm..—fue el único sonido sonido que él pudo emitir mientras no apartaba la mirada de su boca.
—Tengo que irme, es la hora de la medicación de tu madre—dijo Layla mirándole a los ojos—Tom...
—¿Si?—le respondió él.
—Sino me sueltas no puedo—le dijo poniéndose de nuevo de puntillas para decírselo cerca del oido. Aunque sinceramente ella no quería eso, quería quedarse ahí y que él la besara, pero eso no iba a pasar. Al menos hoy.
—Se está convirtiendo en una costumbre—añadió.
Tom la soltó de su abrazo de mala gana sin decir palabra,y ella se dirigió al interior de la casa.

A Layla le temblaban las piernas a cada paso que daba.¿De verdad ese hombre le estaba coqueteando?
Aunque la verdad es que aquello ya iba más allá de un coqueteo inocente, no, había estado a punto de besarla.
Pero no podía,no debería.
Era su jefe,estaban en casa de su madre y ella no estaba para ser el amor de verano de un Don Juan.
Aunque ....¡NO NO Layla! ¡ quítatelo de la cabeza ! Se reprendió a sí misma. Pensó que una vez hubiera conseguido lo que quería se hartaría de ella,pero ¿él sería capaz de portarse así?No parecía de ese tipo de hombres , pero tampoco lo conocía tan bien .

Decidió dejar de pensar en eso y seguir con su trabajo,al fin y al cabo para eso estaba allí.

Un cambio de rumboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora