Capítulo 59

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-¿Tom?
Layla no podía creer lo que veía. Allí plantado en el pequeño porche estaba él.
-¿Que haces aquí?- preguntó casi sin voz.
- Necesitaba verte y hablar contigo- respondió el con un nudo en la garganta.
-No creo que sea buena idea...- Tom pudo notar como le temblaba la voz.
-Yo creo que sí. Necesito contarte algo-.
-Ya se que no estás con Chloe,eso no cambia nada Tom- dijo mientras intentaba cerrar la puerta. Aunque el lo impidió.
-Layla por favor, solo te pido cinco minutos, si después sigues queriendo que me vaya lo haré - le suplicó.
-Lo siento- y le cerró la puerta.

Tom no se movió de allí, solo apoyó la frente en la puerta y la escuchó llorar al otro lado.
En aquel momento dudo si estaba haciendo bien. Pero en su cabeza escuchó la voz de su hermana "no te vayas sin hablar con ella".

-Layla por favor....- fue incapaz de contener las lágrimas.
-¡Por favor Tom vete!- la escuchó gritar.
-No pienso moverme de aquí- respondió.

Y eso fue lo que hizo. Se dio la vuelta apoyado en la puerta y se dejó caer hasta que acabó sentado en el suelo.
Layla igual que él estaba en el suelo, abrazándose las piernas mientras lloraba en silencio.
Pasó una hora y los dos seguían igual, uno al lado del otro separados tan solo por un trozo de madera.

-Layla ... - la voz de Tom era casi un susurro.
-Vete...- volvió a pedirle.
Esta vez Tom se levantó, no aguantaba más el hacerla sentir así.
- Estaré en la playa esperándote. Estaré todo el día si hace falta.

En cuanto Layla estuvo segura que se había marchado fue a por su móvil.

-¡Sarah¡¿Se lo has contado?- le preguntó llorando de nuevo- ¡Te pedí que no lo hicieras!
-Layla cálmate, no le he dicho nada. Te lo prometo.
-¿Y entonces que hace aquí?-Sarah podía notar incluso a través del teléfono la angustia de Layla.
-Te lo he dicho, quiere hablar contigo. ¿Le has dejado entrar?
-No... Le dije que se fuera- le confesó.
-¡Layla! De verdad que ya no se qué hacer con vosotros, vais a volverme loca, entre vuestros secretos y ese comportamiento infantil que tenéis a veces ....
-¿Que secreto Sarah?- quiso saber. El suyo estaba claro, pero ¿Tom? ¿Qué secreto escondía?
-Tiene que contártelo él, ve a buscarle Layla. Te prometo que no vas a arrepentirte. Ve.

Layla colgó y se quedó pensativa.
¿Qué podría ser? Su corazón le decía que perdonará todo lo que había pasado y le diera otra oportunidad, pero su cabeza le decía todo lo contrario.
Otra hora pasó mientras ella daba vueltas por la casa. Y otra más limpiando la cocina, después cocinó para toda la semana y por fin se decidió.
Aunque dudaba que Tom todavía estuviera allí.
Salió a la pequeña terraza, daba directamente a la playa, con la esperanza de verle.
Y allí sentado en la orilla la esperaba.
-¡Dios! Estaba tan atractivo con el sol cayendo sobre él- pensó- Vamos Layla, relájate, son las hormonas.

-¡Dios! Estaba tan atractivo con el sol cayendo sobre él- pensó- Vamos Layla, relájate, son las hormonas

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