-¡Dios Layla! Tenías que haber visto la cara que tenía. Si en algún momento has pensado en caerle bien, ves olvidándote- le dijo Sarah cuando volvieron a la mesa- Y eso sin contar la que puso cuando se acercó a la puerta a escuchar como supuestamente os peleabais por su culpa, por su cara y por la tuya al salir no creo que una pelea sea lo que ha escuchado ¿Verdad?
Layla cogió su copa y terminó de beber.
-No, precisamente eso no...-respondió sonriéndole.
-Ahhh- suspiró Sarah- Es una pena que no os hayáis conocido antes.
-Bueno Sarah, yo creó que todo pasa cuando toca ¿no crees? -preguntó.
-Bueno, si tu lo dices. Por cierto, ¿Dónde se ha metido mi hermano?-quiso saber.
-No lo sé- respondió Layla.
-Le sonó el móvil y salió fuera. Pero hace quince minutos ya de eso-les respondió Marc.
-¿Habrá sucedido algo ?-preguntó Layla.
-Ni idea, pero vamos a esperar a que vuelva antes de sacar conclusiones- dijo Marc intentando tranquilizarla.Pasaron diez minutos y Tom seguía sin volver por lo que Marc decidió salir a buscarlo.
-Bueno, no vamos a estar esperándoles toda la noche, vamos a bailar-dijo arrastrándola a la pista.
Pasaron otros quince minutos hasta que Layla escuchó detrás:
-¿Puedo bailar con ella hermanita?-.
-Toda suya caballero-dijo Sarah divertida haciendo una reverencia, para volver con Marc después.
-Te he echado de menos-respondió Layla girándose con una enorme sonrisa-¿Donde estabas?-.
-Mmm mi madre... quería saber como iba la boda -contestó mientras la agarraba por la cintura y comenzaron a bailar.Tom la abrazó fuerte y le dejó un beso en la cabeza en algún momento.
-¿Cielo estás bien?-preguntó Layla extrañada, notaba algo raro en él, pero no sabía lo que era.
-Si claro,¿ porque no iba a estarlo? Solo es... que te echaba de menos-contestó besándola de nuevo-¿Nos marchamos ya? Quiero ... Necesito estar a solas contigo.
-Por supuesto...solo déjame despedirme de tu hermana- respondió Layla.
-Creo que se nos han adelantado- dijo señalando con la cabeza a su hermana y Marc que abandonaban el salón muy acaramelados.
-¡Dios! Estos zapatos me están matando-se quejó Layla al llegar a la habitación.
-Déjame a mi-respondió Tom acercándose a ella.Se colocó detrás de ella, le bajó lentamente la cremallera del vestido y dejó que éste cayera al suelo. La cogió de la mano y la llevó hasta la cama donde hizo que se sentara en el borde. Se agachó y despacio le quitó uno de los zapatos, siguió con el otro. Después continuó con las medias, poco a poco las deslizó por sus piernas.
En ese momento Layla subió a la cama mientras Tom se desnudaba despacio. El tiempo se había detenido en aquella habitación. Y no importaba nada más que ellos dos observándose el uno al otro.
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Un cambio de rumbo
Hayran KurguA veces hay que cerrar los ojos y dejarse llevar. Y eso es lo que Layla hizo. Esta es la historia de como una simple llamada hizo que conociera al amor de su vida , alguien con quien ni en sueños habría imaginado cruzar dos palabras, Tom Hiddleston...