Capítulo 57

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- ¡Mami! ¿No vamos al cole? - preguntó extrañado Eydan .
- ¡No! Hoy vamos a hacer lo que vosotros queráis ¿Así qué? ¿Dónde queréis ir?
- ¿Al cine? - preguntó tímidamente.
-Echo- respondió Layla.
- ¿A la bolera y a comer pizza? - preguntó en esta ocasión el pequeño.
-Claro, lo que queráis- dijo abrazándoles.
- ¿Mami estás bien? - le preguntó Eydan, Layla no era de las que no los llevaban al colegio sin un buen motivo.
-Claro que si cielo, solo os echo de menos, muchísimo. Y ahora vámonos a desayunar.

El día paso rápido, quizás demasiado. Por algún motivo había metido en el bolso el test de embarazo y no podía evitar el mirarlo a cada rato. Como si aquello fuera a cambiar el resultado. Aún no se le creía. ¿Tenía que llamar a Tom? No, no iba a llamarle, él no quería niños, así que de momento no se lo contaría.

A las cinco dejó a los niños en casa de sus padres.
- ¿Chicos de verdad no os importa que pase el fin de semana con Sarah? - les preguntó al entrar en casa de sus padres.
- ¿Viene William? - preguntó emocionado el pequeño.
-No cielo, se queda con su papá en Londres.
-Entonces ve mamá, además tenemos ¡Tres cumpleaños! - gritó el pequeño mientras daba vueltas por el salón.
-No sé cómo nos las vamos a ingeniar para ir a los tres y no acabar locos o con sobredosis de azúcar- escuchó a su madre saliendo de la cocina.
-Gracias mamá, avísame si se ponen muy intensos. ¡Os quiero chicos!
-Layla espera- le pidió su madre cuando salía por la puerta- ¿Estás bien? Te veo mala cara cielo.
- Si mamá, tranquila. Solo son los cambios de turnos y el dormir poco- mintió.

No le había contado nada de Robert, ni pensaba contarle los del embarazo

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No le había contado nada de Robert, ni pensaba contarle los del embarazo. Aún no.

- ¿Y ese doctor? ¿Cómo va? - aunque en realidad no le gustaba la idea, quería apoyarla.
-Bien mamá, seguimos conociéndonos, nada serio- mintió de nuevo. Después de lo sucedido esta mañana, dudaba ni siquiera que su relación siguiera como hasta entonces.
-Me alegro, saluda a Sarah.
-Lo haré -. 

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Londres, tres horas antes.

-Sarah, no creo que esto haya sido buena idea- le dijo Tom hecho un manojo de nervios.
-Vamos, en cuanto se entere que has ido a verla correrá a tus brazos- le respondió medio en broma.

-Tom, estás temblando. ¿Estas bien?
-No... Llevo casi dos meses sin verla, y sólo he hablado dos veces con ella ...mentira ...una ...la última solo habló ella y no acabó bien.
-Solo tienes que seguir el plan, repítelo- le pidió Sarah.
-Voy a su casa, llamo al timbre ...le digo que la quiero ...
-No, primero le dices que no te acostaste con Chloe, sino te cerrará la puerta en las narices- le corrigió.
-De acuerdo, llamo al timbre y cuando abra le digo que no me acosté con ella, y que la quiero, y después le explicó todo lo demás.
- ¡Y felices para siempre! - canturreo Sarah.
- ¿Sabes que esto parece un plan de adolescentes verdad? - sugirió Tom.
-Como te lo digo querido hermano, en todas estas semanas ... No se te ha ocurrido a ti solito nada ... Así que perdóname por no ser una romántica empedernida como tú.
-Sarah no es eso, solo es que no quiere saber nada de mí, y no la culpo.
-Pues por eso mismo. Tu deja que yo allane el camino y te aviso.
-Esto no puede salir bien Sarah- se quejó Tom.
-Pues yo creo que sí. Además, ya es demasiado tarde, en media hora sale nuestro avión. Ya no hay marcha atrás, este fin de semana la recuperas.

Un cambio de rumboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora