Capítulo 37

79 11 38
                                    

Cuando llegaron donde estaban los niños, descubrieron a que se debían los gritos. Habían descubierto la piscina en la zona trasera de la casa
-¿Podemos bañarnos?-preguntaron.
-Claro, pero vamos primero a por los bañadores-respondió Layla.

Layla se llevó a los niños a las habitaciones a que se cambiaran, y aprovecho para hacerlo ella también.
Por suerte su madre le había llevado un par de bikinis, cogió el primero que vio y se lo puso.
De camino a la piscina se le unieron de nuevo los niños además de Sarah y Marc que habían hecho lo mismo.
Una vez allí, los niños fueron directos al agua, donde ya estaba Tom. Layla se sentó con sus padres.

-Me gusta cariño, me gusta mucho. Me alegra que al final me hicieras caso y volvieras con él a Londres- escuchó decir a su madre- Aunque no te negaré que sorprendió mucho cuando nos llamó para proponernos que pasáramos unos días todos juntos. Se nota que te quiere.
-Quiere venirse a España conmigo a finales de verano-le contó a su madre.
-¡Cariño eso es estupendo! Me alegro tanto que por fin hayas encontrado a alguien que realmente se preocupe por ti.

No dijo nada, pero le cambió el semblante cuando pensó en lo mal que lo había pasado con Robert, así que enseguida cambio de tema.
-Si te soy sincera... ya lo sabía. Cuando hablamos con el nos lo contó, la verdad es que casi le pidió permiso a tu padre para hacerlo, fue muy divertido ver a tu padre bromear con él. Estuvieron hablando más de una hora, creo que van a llevarse bien.

Layla miró a su padre y sonrió. Le alegraba saber que sus padres lo aprobaban.
En ese momento, Diana que estaba un poco más alejada, se acercó a ellos y se sentó a conversar con sus padres, era divertido escucharles hablar, mitad ingles mitad castellano, pero aun así se entendían perfectamente.
Y aprovechó para ir con Sarah, que se había quedado tomando el sol, mientras Marc jugaba con William y los demás en la piscina.

-Este clima es una maravilla Layla, no me extraña que mi hermano se venga a vivir a España-le comentó Sarah.

Tom no le había dicho que había hablado con ellas también , y el comentario de Sarah la pilló desprevenida.

- ¿Os lo ha contado a vosotros también? -aunque Layla estaba feliz con la idea de volver a casa con Tom, a la vez sentía
tristeza de que el tuviera que abandonar a su familia.
-Nos lo contó el día que volvisteis a casa, está muy emocionado-le contó.
-Sarah, ¿crees que hacemos bien? No me malinterpretes, quiero a tu hermano como nunca imagine que querría a alguien, pero...ha sucedido todo tan rápido, que no se si nos estamos precipitando. No quiero equivocarme otra vez.
-¿Que es lo peor que podría pasar Layla? ¿Qué os dieseis cuenta que lo que creéis que sentís no es real? ¿Qué no podéis convivir? Créeme que no seríais los primeros, y no pasaría nada-respondió Sarah.
-Lo sé, pero aun así. No sé si los niños se tomaran muy bien que los saque de casa de sus abuelos para llevarlos a vivir con un desconocido y luego está el que se separe de vosotros... son muchas cosas Sarah-le contestó.
-¿Los niños?- preguntó soltando una carcajada justo después- Míralos, están encantados, ¿y él? Creo que el problema que vas a tener es que no vas a poder separar a esos tres. Y por nosotros no te preocupes, estamos feliz por él, por los dos realmente. Y no os vais a librar de mí tan fácilmente, pienso escaparme a veros cada vez que pueda.

Layla miró hacia donde estaban, Sarah tenía razón. No habían pasado aún dos horas desde que se conocieron en persona
y Tom se comportaba con sus hijos como nunca lo había hecho Robert. Hacia mucho tiempo que no escuchaba a sus hijos reír de aquella manera y eso le hizo sentir que estaba tomando la decisión correcta.

 Hacia mucho tiempo que no escuchaba a sus hijos reír de aquella manera y eso le hizo sentir que estaba tomando la decisión correcta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Un cambio de rumboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora