-Tom...- Layla intentó decir algo mientras Tom cerraba la puerta y echaba la llave, pero no se lo permitió.
-Shhh no digas nada- susurró.-¡Dios!- pensó ella. Aquella mirada conseguía que le temblaran las piernas sin ni siquiera decir o hacer nada más, eso sin pensar en lo excitada que la hacía sentir cuando la miraba de aquella forma.
-Layla...- fue casi un gruñido- ¿Qué estás haciendo conmigo?-sin esperar una respuesta de ella.
Recorrió la escasa distancia que había entre ellos sin dejar de mirarla y hundió su cara en el cuello de Layla aspirando su olor.
-Nunca tengo bastante de ti... -dijo a la vez que le dejaba pequeños mordiscos en el cuello -No llegas a imaginarte lo que me ha excitado que me reclamaras como tuyo- le susurró.
Layla notó como se le erizaba toda la piel y se humedecía. Llevó la mano a la entrepierna de Tom, notando ya la enorme erección que se ocultaba en sus pantalones. Tom dejó escapar un gemido al notar como Layla lo agarraba por encima de la tela.
La agarró fuerte de la nuca y la besó con brusquedad, empujándola contra el respaldo de un pequeño sofá. Como si fuera la última vez que fuera a besarla, introdujo la lengua en su boca, ella le respondió con las mismas ansias mientras intentaba desabrochar el pantalón de Tom.
Pero este la detuvo, y sin darle tiempo a reaccionar la colocó de espaldas a él.
Volvió a su cuello mientras una de sus manos se perdía dentro del corsé del vestido y aprisionaba fuertemente unos de sus pechos.
-Thomas...-gimió Layla.
-Por si te quedaba alguna duda... no pienso ser delicado- le dijo al oído. Layla notó como se acomodaba detrás de ella para separarle las piernas con la suya y fue empujándola hasta que el pecho quedó apoyado contra el sofá.
-Levántate el vestido y no te muevas-le ordenó.
¿Dónde escondía a ese Tom ? Siempre era tan correcto y perfecto. Las dos caras de la moneda. Pero Layla no se quejaba, no iba a decirle que no a sus juegos, todo lo contrario.
Hizo lo que le dijo y como pudo, se levantó la falda, dejando su trasero a la vista. Tom se arrodilló tras ella y poco a poco le fue bajando la ropa interior, se las quitó y las guardo en el bolsillo de la chaqueta.
Le acarició las piernas a lo largo de la costura de las medias. La vista de Layla con aquellos tacones de aguja y aquellas medias hasta el muslo, le hizo pensar en lo sexy que estaba, y desearla aún más.
-Joder Layla...-.
Cuando llegó al borde de las medias, cambio sus largos dedos por la lengua, lamiendo la piel que quedaba sin tela hasta llegar al trasero, donde le dio un pequeño mordisco que hizo que Layla gimiera de placer e inconscientemente intentara juntar las piernas, pero Tom lo evitó separándoselas de nuevo.
Tom se puso de pie y se apartó un poco para poder disfrutar de las vistas. No se cansaría nunca de admirarla.
En ese momento Layla escuchó como Tom bajaba la cremallera del pantalón y gimió ansiosa.
Tom no se hizo esperar, se colocó de nuevo detrás de ella y sin previo aviso la agarró de las caderas y la penetró con fuerza, lo que hizo que Layla soltara un pequeño grito.
Salió de ella por completo para volver a penetrarla de golpe, fuerte y profundo. Otro pequeño grito.
Layla perdió la cuenta de las veces que lo hizo, pero ya no podía aguantarlo más. Con cada embestida, Tom tocaba aquel punto en su interior que la hacía enloquecer.
-Thomas ...-gimió-más ... rápido...-pero no hacía falta que terminara, Tom sabía exactamente lo que quería desde que dijo su nombre.
Y eso fue lo que hizo, aumento más la velocidad, y la fuerza de las embestidas con ello, y aunque Tom intentaba contenerse, no era capaz de hacerlo del todo, a Layla le estaba costando más y con cada una de ellas un nuevo gemido salía de su garganta. El notó como el interior de Layla comenzaba a contraerse y supo que ya no faltaba mucho.
Bajo un poco la mano hasta que llegó al clítoris y comenzó a masajearlo. Enseguida todo el cuerpo de Layla se retorció de placer.
-¡Ahhh!-aunque esta vez el grito fue casa inaudible, Layla se había tapado la boca con la mano para poder así ahogar un poco el ruido.
-No cielo... quiero oírtelo decir...-aumento más la velocidad sobre el clítoris- ¡Di mi nombre!-.Todo lo que Layla había sentido hasta ese momento se centro en un solo punto, que estalló mandando oleadas de placer por todo su cuerpo mientras gritaba:
-¡Thoooommmaaaassss!-.
En ese momento Tom la agarró tan fuerte de las caderas que juraría que le hizo daño, notó como su miembro se endurecía aun más en el interior de Layla, y tras un par de envestidas mas, el también se dejo llevar por el placer.
Después de unos minutos recuperando el aliento, Tom se arrodilló delante de Layla, y sacó sus bragas del bolsillo.-Creo que esto es tuyo- y se las colocó.
Mientras Tom se dirigía a la puerta la escuchó:
-Tom ¿y ahora como salimos de aquí?-dijo tapándose la cara por la vergüenza.
-Hace un momento no te importaba-respondió riendo.Y cogiéndola de la mano le dijo:
-Vas a salir así, de la mano de tu hombre-sin dejar de reír.
-¡Idiota!-dijo riéndose ella también y dándole un codazo.
Pero si, aunque no sonara bien, lo era.Era suyo.
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Un cambio de rumbo
FanfictionA veces hay que cerrar los ojos y dejarse llevar. Y eso es lo que Layla hizo. Esta es la historia de como una simple llamada hizo que conociera al amor de su vida , alguien con quien ni en sueños habría imaginado cruzar dos palabras, Tom Hiddleston...