Capitulo 38

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-¿Chicos estáis despiertos?- preguntó Layla.
Pero lo único que obtuvo por respuesta fue la respiración profunda de los niños.
Espero diez minutos más para estar segura de que no se despertaran , y con cuidado, salió de la cama.
Caminó sigilosamente por la casa hasta que llegó a la puerta que daba acceso al jardín trasero.

Todas las luces estaban apagadas, y solo estaba iluminado por la luz de la luna. Aunque no era mucha, pudo distinguir a Tom sentado en el borde de la piscina a punto de zambullirse.
Se acercó en silencio mientras observaba como se sumergía en el agua y comenzaba a nadar.
Se sentó en el borde, metió los pies en el agua, como él hacia un momento y esperó a que llegara donde ella estaba.

-¿Mucho calor?-preguntó Layla cuando Tom estuvo delante y sacó la cabeza del agua.
-Parece que hoy no les ha costado tanto dormirse, ni a ellos ni a nadie-dijo el mientras se ponía de pie en el interior de la piscina y la besaba.
-Estábamos todos muy cansados, ha sido un día muy largo-contestó ella jugueteando con el agua.
-Me alegro que tu no te hayas quedado dormida-añadió Tom.
-¿Bromeas?¿Y perderme el espectáculo?-dijo riendo-Tenía demasiadas ganas de verte a solas como para dormir.

Y sin decir nada más Tom se acercó un poco más a ella separándole las piernas para quedar en medio, sin dejar de mirarla a los ojos recorrió sus muslos, subió hasta llegar al borde de la camiseta, que cogió con ambas manos y fue subiéndola hasta terminar de quitársela.
Los pechos desnudos de Layla quedaron a la vista, entonces la mirada de Tom se dirigió a ellos. Layla vio como pasaba su lengua por los labios y se le escapó una pequeña risa nerviosa mientras un escalofrío le recorría el cuerpo.

-¿Que?- preguntó él.
-Nada, solo es que ... cuando me miras así, haces que cada centímetro de piel se me erice.

Tom sonrió y acarició la mejilla de Layla.

-Tu me haces sentir exactamente lo mismo-respondió mientras la acercaba a él y la besaba de nuevo.

Pero esta vez no se quedó solo en un beso, Tom volvió a acariciarla y poco a poco fue ascendiendo de nuevo para esta vez detenerse en pantalón corto que llevaba. Comenzó a desatar el pequeño nudo de la parte delantera, pero Layla le detuvo:

-Tom... nos puede ver alguien-dijo separándose un poco.
-Tranquila, aquí no nos ve nadie, créeme , lo he comprobado-la tranquilizó-Solo tenemos que quedarnos en este lado.

Layla asintió, mientras se imaginaba a Tom habitación por habitación mirando por las ventanas para descubrir la zona que quedaba oculta a la vista.

Tom continuó desatando el nudo y cuando terminó, Layla se incorporó un poco para que pudiera terminar de deslizarlos por sus piernas. Tom se dio cuenta en ese momento que no llevaba nada más debajo y volvió a relamerse.

-¡Tom para!-dijo divertida-Parece que vas a saltar a devorarme en cualquier momento.
-¡Oh cielo! Eso es exactamente lo que pienso hacer- respondió mientras se abalanzaba sobre ella.

La sujeto por la nuca hundiendo su mano en los rizos de Layla mientras con la otra mano la atraía hacia él agarrándola por la cintura mientras ella se apoyaba en sus hombros.
Si dejar de besarse Tom bajó la mano lentamente por la espalda, cosa que hizo que a Layla le recorriera de nuevo un escalofrío. La agarró por las caderas y la metió con él en el agua.

-Te echaba de menos- le dijo Layla.
-Vamos, solo ha pasado hora y media desde la cena...-respondió él riéndose.
-Sabes a que me refiero-dijo ella sonriendo también.
-Lo sé, yo también te echaba de menos...
Ella sonrió y se abrazó aun más a él rodeándole con las piernas.

-Te quiero-le dijo a Tom al oído.

Volvieron a besarse , con más pasión si es que eso era posible, Tom notó como los pechos de Layla se apretaban contra el suyo y pudo notar como los endurecidos pezones se le clavaban. Enseguida sintió como la excitación de él se hacia palpable pegada a ella y dejó escapar un gemido entre sus labios.
Tom dirigió la mano a uno de los pechos de Layla para atraparlo en ella. Lo que hizo que otro gemido saliera de ella

Un cambio de rumboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora