A veces hay que cerrar los ojos y dejarse llevar.
Y eso es lo que Layla hizo.
Esta es la historia de como una simple llamada hizo que conociera al amor de su vida , alguien con quien ni en sueños habría imaginado cruzar dos palabras, Tom Hiddleston...
A Sarah le costó bastante asimilar todo lo que Tom le contaba.
-No entiendo cómo pudo ocultarle a Layla como es realmente durante tanto tiempo- comentó Sarah cuando Tom acabó. -No lo sé- suspiró Tom- Por favor, no le cuentes nada de esto a ella. No tiene que saberlo. -¿De verdad prefieres que te odie? Seguro que hay una manera de que podáis estar juntos...- pero Tom la interrumpió. -Sarah ... -De acuerdo, pero no me parece bien que la engañes así. ¿Estarás bien? Creo que tengo que hablar con Marc. Te dejo ésto aquí- dijo señalando la gabardina- pero lo demás me lo llevo. Sino no vas a intentar volver con ella, no voy a ayudar a que te autoflageles más.
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- Estaré bien, gracias Sarah- dijo abrazándola - No te imaginas el peso que me he quitado de encima contandotelo todo. -Pues imagina si se lo contaras a ella- respondió. -Sarah...- intentó decir. -Si, lo sé...ya me callo. Y hazme el favor de no encerrarte en casa otra vez ¿Quieres?- preguntó. -Lo intentaré- respondió- Solo una cosa más- le pidió levantándose y cogiendo algo de la cómoda- ¿Puedes darle ésto? Sarah cogió el libro que Tom le acercó. -No se si no quiere tenerlo o simplemente se le olvidó , pero me gustaría que lo tuviera. Es ... Era especial para nosotros ... - intentó contárselo a su hermana pero notó como se le hacía un nudo en la garganta.
Sarah se dió cuenta lo que le costaba a su hermano hablar de Layla y le ayudó.
-No te preocupes Tom, se lo daré- le dijo mientras abrazaba el libro contra su pecho- Es más, en tres semanas vuelvo a España - dijo mientras veía la cara de sorpresa de su hermano- Voy a celebrar mi cumpleaños con ella ...deberías venir conmigo y dárselo tú. Solo piénsalo ¿De acuerdo?
Tom solo asintió, no dijo nada más. Se acercó a Sarah para dejarle un beso en la mejilla y salió la habitación.
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-Me alegro que te hayas adaptado tan bien al equipo Layla.
Tres días después de la partida de Sarah, Marc y William, Layla había encontrado trabajo. Solo era una substitución de un par de meses, pero era algo. Estaba muy cerca de la casa que había heredado y puesto que los inquilinos se marchaban, decidió que ya era hora de mudarse con los niños.
