Capítulo 35

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El viaje de vuelta a casa fue silencioso, Tom conducía sin saber que decir y Layla no quería hablar. Así que el simplemente le dejaba una caricia en la mano de vez en cuando, cosa que ella agradecía, en ese momento necesitaba sentirle cerca.

Cuando llegaron a casa de Tom, Layla se quedó en la entrada sin saber bien que hacer, él se dio cuenta cuando ya estaba a mitad de camino de la cocina, se giró y la vio allí parada.

-Cielo...¿estás...- quería preguntarle si estaba bien, pero era obvio que no podía estarlo después de lo que había vivido hacía apenas una hora. Así que solo fue a buscarla y cogiéndola de la mano la llevó a la cocina y la sentó en uno de los taburetes.
-¿Quieres té?- preguntó.
Y como si le hubiera leído la mente ella  le respondió:
-Necesito algo más fuerte.

Tom fue al mueble bar del salón y sirvió dos vasos de whisky, era lo único que le quedaba en casa.

-Se que no te gusta mucho pero ...-antes de acabar la frase Layla ya había terminado su copa.
-Gracias-dijo mirándole con pena y lágrimas en los ojos- Yo...lo siento tanto..fui una idiota pensando que eras tú el que estaba allí- y rompió en llanto lanzándose a sus brazos.
-No digas eso cielo, no tienes la culpa de nada , yo... yo te prometí que no te pasaría nada malo y no he sido capaz de mantener mi promesa-respondió el dejando escapar también alguna lágrima mientras la abrazaba.
-Eso no es cierto Tom.
Ambos se sentían culpables por lo que había pasado , aunque en el fondo sabían que la culpa no era de ninguno, pero no podían evitar sentirse así.
Estuvieron abrazados durante diez minutos sin decir nada, hasta que ella se apartó y se acercó a la nevera, abrió el congelador y comenzó a buscar algo.

-¿Qué buscas?-preguntó él.
-Esto-dijo con una bolsa de hielo en la mano.

Buscó un paño limpio y la envolvió en él para colocársela en la cara a Tom.

-Dios ...te ha destrozado la cara, maldita bestia -dijo apenada mientras le colocaba el hielo en el golpe de la nariz.
-Es más de lo que parece, él ha quedado peor-le respondió como si aquello fuera a ayudar, pero sorprendentemente lo hizo. Realmente Tom había descargado toda  la rabia que sentía por aquel hombre y lo había dejado bastante maltrecho.
-Se lo merece... pero prométeme que no lo harás más...sino llega a aparecer Marc...no sé que hubiera ocurrido...-realmente había pasado miedo viendo como se peleaban, nunca los había visto así y no sabia que esperar de ninguno de los dos.
-No puedo prometértelo Layla...pero si que si vuelve a suceder me contendré, es todo ¿Te duele ?-preguntó rozándole el labio herido.
-Solo un poco-dijo mientras él le cogía la bolsa de hielo y volvía a abrazarla.
-Te quiero -le susurró.
-Yo también-le respondió ella.

Tom preparó algo ligero de cena, pero ninguno fue capaz de probar bocado y decidieron irse a dormir, pero antes le preparó un baño para intentar relajarla

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Tom preparó algo ligero de cena, pero ninguno fue capaz de probar bocado y decidieron irse a dormir, pero antes le preparó un baño para intentar relajarla.

Llenó la bañera de agua caliente y mucha espuma , como a ella le gustaba.La llevó al baño, la ayudó a desnudarse y la metió dentro. Fue a buscarle un camisón y cuando volvió la encontró  lavándose bruscamente.

Un cambio de rumboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora