Cadena de alternativas

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Hey

Se ha recibido muchos comentarios y votos, así que tengo la dicha de actualizar muy pronto por ese incentivo, ¡gracias por el apoyo!

Enjoy!



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La desconcertante escena que provocó en el lavabo acentuó su molestia, los cristales del espejo en el suelo, llevó una mano a su frente a tantear la inexistente sensación solo para retomar su palma a que contemplara el tinte rojo en ella.

Podía no estar sintiendo el dolor pero no sería ingenuo en desconocer que estar lesionado así lo deterioraría. Retomó a hacer presión en su rostro con su mano caminando a buscar una toalla para limpiarse.

—¡¿Qué rayos pasó?! —Llamó una voz desde la salida del baño propiciando a Katsuki girar de reojo percibiendo a Eijirou aproximarse en ayudarle. —¿Y dices no estar ebrio?

El hombre de dientes afilados notó con una extraña actitud a su compañero desde la cena así que fue averiguar que ocurría pero no imaginó que llegaría a tales extremos. Procuró levantar su mano a sostener la toalla blanca con manchas rojas en la frente sin embargo Katsuki le empujó de forma ruda chasqueando la lengua.

—Voy a matarlo, definitivamente iré a matarlo yo mismo —manifestó iracundo.

—¿A quién? ¿Quieres calmarte para poder revisar esa herida? —Quejó Eijirou sosteniendo el antebrazo del rubio para que detuviera de dar vueltas en el lugar como león enjaulado, al notar que sostuvo encima de los puntos de sutura soltó inmediato arrepentido. —Perdón, olvidé que estabas herido.

—Ese es el punto, ¡no estoy sintiendo nada! Ese condenado Compress me hizo algo —respondió alzando su mano señalando su inexistente dolor. —No logré degustar nada, apenas puedo percibir aromas... dijo algo de tres días, ¡iré a volarle la cabeza! —Declaró caminando con prisa a la salida del baño todavía sosteniendo la toalla en su rostro.

—De acuerdo pero primero hay que atenderte esas heridas, puedes morir si estás descuidandote ya que tu cuerpo no te está advirtiendo de nada —insistió con cautela queriendo bajar las rabietas del rubio. —Voy acompañarte.

—No quiero tu estúpida ayuda.

—Pero la necesitas, ¿qué harás si dejas de ver o escuchar? ¿Vas a poder guiarte solo?

Fueron contundentes palabras llenas de razón que provocaron en Katsuki crujir sus dientes en una fuerte resignación.

El festín que se estaba dando había quedado en segundo plano para ese par, una vez que la herida en el rubio fue atendida ambos fueron al área de seguridad marítima.

Un sitio bastante distante de la villa ya que se trataba del entorno donde eran custodiados presos en calabozos hasta abordar su condena, la seguridad era anglosajón y pertinente.

Apenas estaban en el primer portón con los uniformados de turno sin tener una respuesta deseada, era más complicado lo que buscaban hacer.

—Las visitas no están permitidas en este horario, si buscas una audiencia debes comentarlo con el teniente Iida, ve mañana a los cuarteles de la marina en Störtebeker —promulgó con total rectitud el guardia armado.

—No tengo tiempo para esperar mañana, ¿por qué debería tener un permiso para ver al despreciable que yo mismo atrapé? —Maldijo el rubio con impaciencia y bastante indignado del trato.

—Solo unos minutos, realmente le urge hablar con ese sujeto —insistió en contraste más paciente y amable Eijirou.

—El convicto dejó de estar a tu cargo una vez que cediste a entregarlo a esta edificación, no se puede hacer nada. Nadie ajeno a los encargados puede entrar a verlos.

El tirano de los mares [BkDk +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora