El tirano de los mares [BkDk +18]

Luna de medianoche

Una noche relajada a diferencia de las anteriores, el cielo relució deslumbrantes estrellas adornando la imperiosa luna llena que iluminaba en generosidad los horizontes. Esa tarde se dio unas particulares despedidas, tanto Melissa Shield como la huerfana Eri tomaron la intrépida pero sensata decisión de irse de esa isla donde eran marcadas como herejía y esclavitud; la invitación por no decir orden que les dio el sacerdote Hitoshi de abordar el barco de Aizawa Shota fue viable.

Con lágrimas de tristeza y agradecimiento Eri despidió con un fuerte abrazo hacia su salvador y no fue menos para Melissa que no terminaría de recordarle una y otra vez que tuviera mucha precaución Izuku con los pies en la tierra, al tratarse de un enigma místico para los humanos era un objetivo muy llamativo. Desafortunadamente, el nereida ya conocía en experiencia propia a que se refería pero no daría detalles a la mujer para no preocuparla y se dedicara mejor adaptarse en otro lugar.

Era medianoche e Izuku por ahora se encontraba en la sala de estar completamente solo, la mayoría estaba descansando en las habitaciones, pero él estaba ahí  dispuesto recibir a Katsuki que no lo había visto en todo el día. Impaciente sus puños apretaron entre sí hasta escuchar la puerta principal abrir por lo que levantó ansioso, para su mala suerte solo observó a Sero Hanta adentrarse sin compañía. El chico arrojó un pesado morral con herramientas al suelo y suspiró.

—¿Huh? ¿Qué haces despierto aun? ¿Y los otros? —Preguntó tras percatarse de Midoriya, el cual acercó intrigado.

—Ashido-san está dormida y Kirishima-kun hace poco subió a descansar también. ¿Y Kacchan? Me habían dicho que estaba contigo —Mencionó asomando por encima del hombro de Sero para cerciorar que realmente no volvió con él.

Hanta desencajó su mandíbula con cansancio de la mención y palmeó el hombro de Midoriya.

—Que sujeto más complicado, hubo un ajuste en su petición, parece que pudo recopilar algo con el sujeto sombrío que vino hoy a la villa y se quedó en el astillero con muchas cartas náuticas, carteles de recompensa y otras cosas —rascó su nuca. —No pude más y vine a descansar, nada más le encargué que cerrara el lugar cuando volviera.

Los labios de Izuku apretaron disgustado por ello, tal parece y no pretendía descansar aun el rubio, ¿estaría bien ir a interrumpirlo con un tema que probablemente sea tan trivial en momentos así?

—Iré a decirle que debe descansar también —aseguró con firmeza rodeando a Sero para salir de la casa.

—Buena suerte con eso, intenté lo mismo, pero es muy terco —despidió haciendo una seña de despedida con su mano.

El camino hacia el astillero no era lejano, después de todo la casa de Hanta era de las que estaba más cerca de la costa a causa de su trabajo, pero al mismo tiempo lejano al muelle principal. Ahora, lo principal que Izuku buscaba sí era hacer que Katsuki lograra relajarse un poco en lo metódico que era para un oficio tan sanguinario, pero también deseaba desentrañar todas esas emociones que se estaban acumulando desde que estuvo encerrado en el monasterio a Hornigold.

Llegando a la gran puerta doble del astillero empujó un poco para adentrar y cerrándola con su espalda, observó de un lado a otro, en los niveles superiores donde colgaban piezas de madera de barcos, un par de mecheros con débil iluminación vislumbraban el entorno.

—¿Kacchan? —Susurró buscando un mínimo indicio de movimiento como respuesta.

Había muchos planos en desorden que ni siquiera Sero se dignó en acomodar antes de retirarse, pero no había rastros de que Bakugo siguiera en ese lugar. El joven avanzó hasta la puerta que daba a la costa donde se ensamblaban las piezas para un nuevo navío, la corriente salina del viento golpeó su rostro con gentileza admirando con mayor precisión el hermoso cielo abastecido de constelaciones, una luz naranja a unos metros llamó su atención percatándose de un candil de aceite encendido y una silueta sentada en la colina por encima de la playa otorgando una visión placentera hacia el mar.