El tirano de los mares [BkDk +18]

Exiliado

Hola buenaas, espero tengan un buen inicio de semana y sino pues mínimo una actualización :)

Enjoy!

_______________________________

El rostro de terror perduraba en Izuku, no comprendía como es que todo terminó de esta manera, no había percibido ningún indicio de peligro en Katsuki y por alguna razón él había tomado su más grande posesión.

Los cabellos rubios destilaban el agua por su rostro invadiendo cosquilleos gélidos que su cuerpo había olvidado días atrás. Fuera de estar aliviado, altivo o agradecido su faceta denotaba intriga de lo sucedido, por lo que su entrecejo arrugó consternado.

—¿Qué hiciste...? ¿Qué hice yo? —Insistió exasperado de no entender la causa de la frustración en el tritón que lamentaba.

Izuku llevó ambas manos a la cabeza estando en negación, ignorando las últimas preguntas que le dieron a causa de estar susurrando para sí totalmente dificultoso.

—Solo quería ayudar... solo quería ayudar —musitó turbio dirigiendo una mirada culposa a Katsuki. —Esto no debía pasar.

—¿Qué demonios pasó? —Reclamó molesto de no entender los balbuceos frustrados en el tritón. Estaba completamente en su derecho de querer saber con mayor precisión la causa de incertidumbre en Izuku, todo inclinaba a que era su culpa pero ni siquiera sabía por qué.

Izuku arrastró sus dedos por la comarca de sus ojos de forma ruda limpiando el rastro de lágrimas.

—Lo mejor será olvidar esto, solo sigue tu camino —dijo con intención de culminar todo acto en esa caverna retrocediendo un poco más. —Al igual que yo.

Todo señalaba que quería irse de ahí, no quería volver entrar a esa caverna donde incrementaban los malos incidentes que se provocaba, se sumergiría para salir, sin embargo, antes de poder rodar a descender su antebrazo fue sostenido por Katsuki para evitar que huyera una vez más sin poder hacer nada.

Sus hombros encogieron por el sorpresivo agarre y sus ojos verdes giraron hacia el rubio inmutable desde su lugar. Un silencio realmente incómodo se fomentó por un tenue periodo donde ninguno de los dos tuvo iniciativa a causa de esperar la respuesta del otro, luego de poder juntar todo el valor Izuku abrió sus labios.

—Suéltame —susurró de forma dócil.

Si bien, desde la posición donde estaban ambos era tan fácil para el nereida corresponder de forma brusca en el agua para liberarse no lo hacía, había un enorme vuelco en su pecho que le sugestionaba menguar a rebelarse en forma violenta y eso le daba miedo. A diferencia del hostil agarre anterior en el muelle este era tenue pero también firme.

—Me pregunto por qué tengo esta sensación, que no debo hacerlo —respondió Katsuki en severidad. No era algo que diría sin motivos, detestaba las cosas a medias pero algo instintivo marcaba que un mal presentimiento estaba acechante.

—Por favor, déjame ir... —imploró tirando un poco de su brazo con unos ojos culposos.

—Dime que hiciste —reclamó con tozudez sintiendo como la piel porcelanada del otro temblaba.

—Te liberé de lo que te estaba arrebatando la vida, ya no tengo nada... —refirió pesaroso.

Por alguna razón eso provocó una molestia con decepción en Katsuki, sobretodo por eso último. Escuchar como imploraba por querer irse solo incrementaba aquel vuelco de frustraciones, ni siquiera cuando lo conoció estando sometido por piratas había dado esa fachada tan lamentable. ¿Por qué ahora lo estaba haciendo con él cuando ni siquiera lo estaba forzando como en ocasiones anteriores? Era tan molesto, ¿qué estaba haciendo mal?