Que las mareas te guíen

1.3K 277 62
                                    

Kiubo, tenemos la primera actualización de abril

Enjoy!


_________________________

Había sido sumamente cuidadoso en tomar una ruta lejos de chocar con alguno de su especie, tal parece y los cambios fueron continuos después de su exilio.

El peliverde permaneció minucioso en su punto pensando lo que podría hacer a partir de ahora, sabía perfectamente que no era bien recibido.

—Creí haberte dicho que no tenías lugar aquí —mencionó Shindou como iniciativa. Izuku pasmó de escuchar aquel tono frío que nunca le fue otorgado.

No debía quedarse sin querer dar su parte y corresponder en decir sus verdaderas intenciones.

—Yo realmente estoy aquí para... —procuró defender, pero fue interrumpido.

—Realmente es cierto, conforme pasa el tiempo en alguien como tú, deforma rompiendo todos los estándares de lo que amerita ser una raza del mar —exclamó con desagrado tras visualizar las lesiones y signos de tortura que dibujaban en la piel del peliverde.

Llevó una mueca en desanimo, nunca lograría poder dar su punto de vista ante mayores entes. Siempre había sido así, los mayores experimentados con tendencias monótonas y miedo al exterior inculcaban eso a sus seguidores.

—Que repulsivo, como una maldición —secundó el otro que portaba una lanza bidente.

Eso último provocó en Izuku fruncir el ceño.

—¡No es nada de eso! Yo mismo me gané todo esto —reclamó en voz alta indignado de considerar que estaban insultando a Katsuki. —¡No se atrevan a decir que es una maldición!

Su tono de voz fue tomado de manera hostil, por lo que el par de nereidas con blindaje coralino tomaron una postura defensiva. Shindou acechaba desidioso lo que ocurría desde atrás.

—Es una excelente oportunidad para terminar este pendiente. Que las aguas te guíen en otra vida, traidor —lamentó el nereida adjunto a su compañero para abalanzarse y empalar a Izuku.

El peliverde no estaba para nada en un terreno ventajoso, acorralado en grandes estructuras rocosas sin arma a diferencia de ellos, lo único que podía acceder era tratar de esquivar y salir de ahí procurando conseguir tiempo en saber su siguiente acción de forma cuidadosa.

Una frenética corriente intervino como muro antes de que interceptaran sorprendiendo a los tres sabiendo que se trataba del azabache que permaneció en un perfil bajo hasta ese momento.

—¿Qué creen que están haciendo? Esta impureza le corresponde erradicarla al tejedor de las mareas —reclamó con resentimiento.

—Debiste haberlo hecho desde el momento en que se visualizó el traidor con nosotros.

—Conozcan su lugar, pequeñas piezas —entonó de una manera tan petulante y gélida que logró intimidar al resto, Midoriya no fue la excepción al ver ese lado que Shindo nunca le había mostrado. —Aquí el que decide soy yo.

« Da un poco de miedo cuando está molesto, se convierte en un déspota del mar.»

Ya se lo habían comentado en más de una ocasión sus allegados a lo que vieron del bendecido de Poseidón, existían rumores de que tal vez tanto poder lo llevaba a ser indiferente tratando con los suyos como simples peones que castigaba si no mantenían las reglas. Era la primera vez que Izuku se sentía en peligro con él.

El azabache acercó y movilizó sus brazos arrastrando con las aguas rudas al par de nereidas fuera de la estructura esférica que creó dejando a Izuku y él dentro de ella. La corriente alrededor era tan fuerte y turbia que resultaba imposible entrar o salir de ahí.

El tirano de los mares [BkDk +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora