Cámara de castigos

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El día continuaba denso en lluvia y vientos torrenciales, un poco oportuno para los guías que llevaban a Izuku a un nuevo lugar de grandes dimensiones y mucho cuartos. El hombre corpulento tiró con más rudeza de lo inicial al chico para así adentrar, el ruido no fue ignorado para los que ya estaban ahí por lo que levantaron de su lugar asomando en curiosidad.

—Esta persona es un invitado, dependiendo de lo que diga Chisaki se quedará o será trasladado —remarcó señalando al peliverde. —Háganlo sentir en casa.

Fue de esta forma en la que el hombre de capucha que pertenecía a la Shie Hassaikai retiró cerrando la puerta, provocando el azote de ésta hacer al nereida respingar.

—Oye nuevo, ¿de dónde vienes? —no tardaron las entidades acercarse para indagar con Izuku, todos ellos con ropas similares, batas grisáceas en mugre y un aspecto desalineado cubriendo algunas partes de sus cuerpos en vendajes de quizás heridas.

—¿Dónde... estoy...? —Masculló notando las camas en fila al borde de las paredes con un baúl en la base de cada una.

—Esta es la casa hogar beneficiada por la iglesia de Hornigold a personas desamparadas.

—¿Desamparadas?

—Sí, todos aquí perdimos nuestro hogar de una manera u otra... por guerras, desastres naturales, colisión de piratas, incluso del mercado negro, mi ejemplo es la invasión extranjera.

—Lamento escuchar eso...

—Veo que tampoco la has pasado bien —mencionó señalando la palma de Izuku, el cual inmediato cubrió al olvidar la marca. —Fuiste un esclavo. Soy Aoyama Yuga —declaró extendiendo su mano.

El nereida tímidamente retrocedió un paso evitativo pero poco a poco ya estaba acostumbrando a eso.

—Midoriya... o Deku está bien —respondió apenas audible.

—Aquí hay de todo tipo de personas, no tienes porque apenarte, puedo mostrarte el lugar —invitó con un ánimo centellante señalando la puerta, provocando en Izuku sorprender al darse cuenta que tenían libre acceso y no era limitado ese lugar, tal vez podía encontrar la salida.

—Me ayudarías bastante con eso... —mencionó aun incómodo, no estaba seguro de dar seguimiento con un extraño que apenas conocía. Estar limitado sin su visión de nereida para asegurar intenciones de los humanos era un pánico que aun le recorría el cuerpo.

Aoyama tomó como afirmación así que invitó al otro a salir por la puerta que el reciente apóstol se había ido. Guiando por esos complejos pasillos el rubio remarcaba emocionado cada sala del lugar indicando donde estaba ya sea el comedor, baños, biblioteca, área de estar, entre otros.

—¿Sabes por qué este lugar es tan seguro? Han tenido un cuidado meticuloso en la información que se pueda abordar sobre brujería y hechicería, personas de esa índole están excluidos de aquí.

—¿Esa fue su razón para querer eliminar a Melissa-san? Suena que temen a que se les salga de las manos su control autoritario

silence s'il vous plait —exclamó cubriendo la boca del otro para callarle con su índice. —Eres un novato aquí, pero si no te comportas puedes ser castigado por ese tipo de comentarios.

Izuku retiró la mano de Yuga de su rostro con cierta indignación y en ese proceso pudo percibir una marca en el cuello del rubio.

—Tú también tienes una... —susurró.

—No lo malinterpretes. Esto solo es una identificación para los que residimos aquí y damos servicio de apoyo en trabajos domésticos o laborales a la secta y la iglesia —declaró removiendo un poco el cuello de su bata grisácea para lucir la particular insignia con orgullo. Izuku arrugó su entrecejo a eso, no sonaba muy diferente a tenerte controlado como esclavo encerrado entre cuatro paredes.

El tirano de los mares [BkDk +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora