Trampa para nereidas

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Las experiencias que fomentas en la vida son un cóctel de emociones placenteras, amargas, agridulces, un surco con marea alta o baja era la comparación. En estos momentos Izuku presentaba algo que poco a poco reconoció como humillación.

Con la mirada sombreada y decaído permaneció arrodillado sosteniendo sus manos a la plataforma arcana de esa cubierta. A su lado permanecía Katsuma con un pánico silencioso por lo que acababa de ocurrir, todavía no se reponía de la brusquedad con la que fue tratado y ahora notando a ese tritón desnudo con piernas a su lado.

—Tú eres... —susurró el menor de reojo hacia el rostro que familiarizó del peliverde con el cabello húmedo y caído.

—¿Por qué la cara larga? —Interrumpió Tomura. —Ese complejo heroico de salvar a alguien de buen corazón que está peligro, ¿no te dejó huir?

Shigaraki avanzó unos pasos para ponerse de cuclillas frente al otro palmeando su cabeza y así elogiarlo por la proeza.

—Eso es demasiado genial, te felicito y agradezco que corroborarás las teorías de Chisaki —mencionó aumentando la brusquedad con la que palmeaba su cabeza.

Izuku levantó a visualizarlo ante la sorpresiva mención. Había escuchado ese nombre de quien lideró la Shie Hassakai en Hornigold, por si fuera poco, ese sujeto había compartido un vínculo con Hagakure.

A pesar de tenerlo sometido y humillado Shigaraki percibió esa mirada particular y punzante por lo que cerró su mano entre los cabellos forzándolo a que bajara la cabeza, definitivamente le desagradaba esa mirada juzgadora.

—¿Qué... teorías...? —Preguntó Izuku dificultoso.

—¿Oh? —Dijo de manera aterciopelada al notar el interés. —Pues ese hombre también estudiaba a tu raza con la paciente observación. Tal parece y ustedes tienen una fuerte aflicción en querer socorrer a gente con buen augurio, es complicado luego de todo el equipo que manejo para algo así —exclamó girando de reojo a Twice y Magne subir a bordo. —Ahora le veo más utilidad tener mocosos esclavos, ¡puedes someterlos como carnada hasta que no sirvan más!

Los labios de Izuku dibujaron una mueca, estaba desconcertado de la nauseabunda idea y el motivo por el cual había infantes ahí. Ahora le veía más sentido que Eri hubiese sido adquirida por Chisaki en la subasta y fuera encerrada en ese horrible lugar donde ocultaba a Hagakure.

—¿Dónde está la niña? —Preguntó contrarrestando el peso en su cabeza para visualizar el entorno y no ver a Mahoro ahí.

—La volví a meter a su jaula. No te daré permiso de verla —exclamó empujando con más fuerza a Izuku estrellando el rostro al suelo —, aunque debería darte un premio, me has sido más ayuda que cualquier sirena que Dabi me haya traído.

El sonido de una de las puertas en la cubierta se escuchó con un rechinido, gruesos pasos salieron saltando con emoción y aproximándose a ellos.

—¡Realmente lo trajo de vuelta! ¡Es increíble! —Mencionó con emoción, por otro lado, la espina dorsal de Izuku recorrió un temible escalofrío por reconocer esa voz.

—Doctor Garaki, no seas duro con él —mencionó Tomura apartando la mano de la nuca de Izuku.

Midoriya levantó un poco la cabeza para visualizar, pero antes de cualquier otra acción el robusto hombre canoso empujó sin pertinencia a Katsuma para apartarlo y posicionarse al lado del nereida con la dicha de inspeccionarlo.

—¡Es el mismo! —corroboró sujetando rudamente el mentón de Izuku ladeándolo de un lado a otro mirando desde distintos ángulos.

—Estás incluso más emocionado con éste que la otra nereida —farfulló resignado rascando su cuello percibiendo como Garaki inspeccionada, tocaba, olía al peliverde.

El tirano de los mares [BkDk +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora