Absurda resaca

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Hola, tenemos actualización 

Enjoy!

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A diferencia de la noche, el embarcadero a tempranas horas era un sitio apacible, después de todo su actividad era más demandada a partir de que el sol se oponía y comienzan los turbios asuntos nocturnos.

Un silencio agradable que solo el oído de algunas aves atravesaba la ventana de la habitación de una posada, Katsuki yacía sentado en una silla descansando su rostro entre sus palmas un tanto fatigado. Un pertinente sentimiento en culpa y remordimiento le abrumaron.

Después de recoger a Deku de la taberna cruzó un límite que el mismo se había puesto. Entre el hedor de alcohol y esporádicos comentarios sin rechistar lo había vuelto a llamar por su nombre, no solo eso, también lo besó una y otra, y otra vez, lo embriagó aún más entre sus caricias hasta llevarlo a esa habitación y...

Posteriormente el peliverde cayó en cama apenas vestido, quedó completamente noqueado por la nula tolerancia al licor dejándolo dormido. Fue entonces que Bakugo se dio cuenta de lo que estaba haciendo, como si hubiera caído en un hechizo encantador estuvo al borde de apoderarse del nereida en más de un sentido.

Apenas y pudo dormir un tanto tenso en la noche. Sus manos arrastraron por su rostro soltado un pesado suspiro y giró de reojo a la cama donde yacía Deku aun dormido entre sabanas. Inmediatamente Katsuki tomó sus cabellos desconcertado y evadiendo su mirada hacia otro lugar de la habitación.

Debería ser un crimen que ese idiota sea tan malditamente encantador incluso durmiendo, pensó.

Queriendo erradicar toda esa mala sensación se dirigió al baño a lavarse con agua fresca. Por lo pronto tenía que saber donde pasó la noche Eijirou, tomar sus cosas para largarse de ahí, pero más importante, era aclarar lo que sucedió anoche con Deku.

Pasaron los minutos en el baño hasta que salió con una vestimenta parecida pero limpia, aun encima de su cabeza estaba una pequeña toalla de colores claros frotando su cabello pesado por lo mojado. Su marcha paró abruptamente al notar que el nereida estaba sentado en cama mirando de forma vacía hacia la sabana a sus pies, había despertado de una manera peculiar como si estuviera en trance.

—¿Qué sucede? —Cuestionó Katsuki retomando a frotar su cabeza discretamente intrigado a su reacción, ¿estaba triste? ¿afligido? ¿se arrepentía de lo que provocaron anoche? Más él no sentía nada.

Izuku permaneció unos segundos quieto, posteriormente sin girar a ver al otro solo levantó su mano a tantear su abdomen y apretarlo con cautela.

—Siento un ardor interno y me duele la cabeza...

Los ojos de Bakugo se pusieron en blanco, apretó sus dientes de manera quejumbrosa acercándose.

—Idiota, eso es resaca, te da cuando tomas más licor del que soportas.

Consecutivamente el nereida se llevó una palma a su boca asqueado.

—Ese néctar es horrible, ¿cómo es que pueden tomar tanto y pasarla bien? —Habló con su mano encima de los labios, en seguida retiró despacio mirando la marca de Shigaraki en ella, por lo que buscó tanteando la cama en busca del guante que Ochako le regaló para ocultarla. —Pero no es solo eso... Kacchan, ¿estás bien? —Cuestionó preocupado por fin dirigiendo a verlo.

—¿Qué?

—Estás... ¿algo te preocupa? —Insistió a pesar de sentirse mal, ya que podía sentir desde el vinculo hacia él que algo lo perturbaba, era muy perspicaz en ello.

Katsuki tomó asiento en el borde un tanto pensativo de su respuesta, tarde o temprano debían tocar ese tema.

—¿Realmente era eso lo que querías anoche? —Concretó tosco entre un nervio ansioso de saber respuesta.

El tirano de los mares [BkDk +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora