Izuku

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Agarrenme que soy un abanico en el tres para poner actualizaciones.

Enjoy!


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Tras haber recibido la información necesaria solo había que esperar a que transcurriera el tiempo y saber si lo lograría, una ambición bastante repentina y grotesca pero su único remedio.

Las dos chicas que habían acompañado al afectado Katsuki hacia el hogar y escondite de esa conocida bruja de media noche estaban regresando solas a la taberna donde estaba una de las entradas a Árkhabe. La música y coros desafinados de gente ebria en el entorno avivaban cuando el día progresaba, una hastiada Kyoka cerró con rudeza para apaciguar el sonido de la taberna principal y continuar hacia el área de acceso restringido.

Ochako permanecía cabizbaja y bastante pensativa, algo que invariablemente percibió su amiga.

—¿Crees que no lo logrará? Es inevitable por esa imposible propuesta —prosiguió su andar por esos estrechos pasillos solitarios que parecían un laberinto subterráneo.

—Más bien me preocupa que lo logre,apenas lo conozco pero lo he reconocido como alguien que logra lo que quiere —musitó recordando las cosas que Katsuki consiguió en tan poco tiempo, el ejemplo mayor fue encontrar y enfrentar a Mr. Compress. —Siento pena por lo que está pasando pero me da mayor lástima si logra capturar a una sirena... —su voz se diluía en el aire. —Es tonto, ¿verdad? Que piense así cuando soy una bucanera y me dedicó a la caza de bestias, por si fuera poco he escuchado que las sirenas son despiadadas seductoras que buscan ahogarte para devorar —recitó exasperada agitando sus manos con torpeza de querer componer lo que decía.

—Cada quien inventa lo que quiere de lo desconocido —declaró Jirou deteniéndose frente a una gran puerta. —Pero yo no lo creo así, las nereida simbolizan todo aquello que hay de hermoso y amable en el mar, si tienen esas tétricas historias de boca marineras es porque ellos las han maltratado.

—Suena más lindo cuando lo dices así, después de todo se supone que ellas traen fortuna, jeje.

Kyoka manifestó una tranquila sonrisa al notar a Ochako más relajada luego de escucharla, por lo que sujetó el picaporte de la puerta y abrió con fuerza, lo que ambas no esperaban era encontrarse en uno de los cómodos sofás a Eijirou sentado de forma relajada y Denki a su lado encima del soporte del brazo bastante cerca sus rostros; la escena era tan sugestiva y comprometedora que Ochako se llevó una mano al rostro girando a evitar tener contacto, por otro lado Kyoka entrecerró sus ojos no muy sorprendida de ver algo así.

—Idiota toca la puerta —balbuceó nervioso el rubio dando un salto de su lugar para ponerse de pie.

—Asegurala tú —restregó la chica de mirada reprobable.

Eijirou enderezó su espalda a su asiento reincorporándose hacia los demás, su vista giró hacia la puerta en busca de indicios de algo que faltaba.

—Uhm... ¿dónde está Bakugou? —Mencionó llevando una mano a rascar su nuca con incomodidad. Ochako giró de reojo asegurando que todo ya estaba normal para poder responder.

—Él se fue —sus hombros encogieron resignada. —Dijo que continuaría solo a partir de este punto.

—¿Y dejaste que se fuera solo? ¡Se está deteriorando! —Reclamó poniéndose de pie. —¿A dónde fue?

—Mencionó que solo él debía mancharse las manos, realmente quiere atrapar una... —anexó Kyoka defendiendo a la castaña de las reprimendas que sufría.

—Es una pena, quería que volviera para preguntarle... ¿por qué un noble de la casa Bakugou está trabajando en un oficio tan temerario en aguas tan lejanas? —masculló Denki con total naturalidad pasando una mano por sus cabellos. Ochako y Eijirou congelaron a eso.

El tirano de los mares [BkDk +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora