El tirano de los mares [BkDk +18]

Tierra roja, océano negro

What's up danger

Tenemos actualización prometida e interesante

Enjoy!

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A las orillas de la villa existe un río que avanza hasta desembocar al mar, la gran parte del trayecto es por el límite y entre ello se encuentra la parte aledaña de gente refugiada. Una de las casas tenía un molino hidráulico que giraba conforme transcurría la corriente pluvial, cerca de él estaba un niño sentado contemplando en silencio el avance del agua frente de sí.

Tomó una piedra en su mano y la arrojó con todo el impulso que pudo haciendo que apenas salpicara.

—¡Katsuma! ¿qué haces ahí? —Exclamó una familiar voz provocando que girara de reojo el pequeño sentando a un lado del molino.

—Hermana, ¿dónde te habías metido? —El pequeño de cabello castaño y pecas encima de su nariz portaba un overol azul algo sucio, se puso de pie notando como Mahoro pataleaba para ser bajada por quien reconoció de inmediato como Bakugou. —¿Estabas con él?

—Fui al mercado de arriba buscando unas cosas y me lo encontré en el regreso —corrigió con disposición de darle una sorpresa de su reciente adquisición, sin embargo su entusiasmo culminó al notar que su hermano menor estaba cubierto en tierra como si hubiese sido arrastrado. —¡¿Qué te pasó?!

Los ojos tímidos en el pequeño ladearon incómodo evitando la mirada acechante de la niña de coletas, sin embargo cruzó con Katsuki que acababa de alcanzarlos con su andar tranquilo. Sus manos unieron en frente de su pecho preocupado de dar una respuesta.

—Fueron los otros niños, iban a ir a jugar rio arriba y dijeron que no admitían a los que no sabían nadar —respondió con voz apenas audible.

—Esos cabezotas se aprovechan que no estaba, ¡Iré a darles una lección! —Gruñó con gran indignación.

—En parte tienen razón, ¿qué tal si me caía? —Dijo inmediato queriendo calmar a su hermana.

—¡Pero no tenían porque empujarte! Porque eso hicieron, ¿verdad? ¡Son unos bravucones!

Katsuma no dio respuesta a ello indicando que era correcto ante la incomodidad que desbordaba esa mueca suya, poco después recibió un golpe seco en su cabeza alertándolo por el pesado libro que encima de él.

—¡Ouch! —el niño llevó ambas manos a sostener el objeto confundido.

—Defiéndete, no puedes depender siempre de tu hermana —masculló el rubio alertando a Katsuma. —Ella también va necesitar tu ayuda en algún momento.

—No le hagas caso, sé que no te gustan las peleas —interrumpió Mahoro a la defensiva por las palabras del mayor. —Por eso eres demasiado accesible a todo lo que hacen.

—Y aprende a nadar, ¿cuál es el maldito problema? Te ahorrarías muchas burlas así —carraspeó tedioso caminando hacia la entrada de esa casa.

—¡Bakugou eres un tonto! Katsuma le tiene miedo al río desde que se cayó una vez —respondió inmediato.

—Pues de algún modo tiene que aprender —concluyó sin una pizca de empatía.

—¡Olvida lo que dije antes, eres un insoportable! —Reclamó molesta mostrando la lengua a pesar de que el otro ya no los visualizaba por haber entrado a la casa de los hermanos. Mahoro sostuvo los hombros de su hermano para guiarlo dentro. —Vamos a limpiarte esta tierra y de paso mostrarte ese libro, era el que querías, ¿no?