Las manos de Baekhyun temblaban y la tasa en ellas sonaba y balanceaba su líquido de un lado a otro. Parado en frente del despacho de Chanyeol, el joven zorro solo quería salir corriendo. Cuando Jonghyun le pidió llevarle su café de las diez a la oficina y se negó, no fue capaz de decirle porqué no quería estar cerca de su jefe. Contarle a Jonghyun sobre sus indecorosos deseos de ser follado por el serio amo de la casa, estaba por completo descartado, tampoco le hablaría sobre su vergüenza al ser atrapado masturbándose la noche pasada. Y como no pudo excusarse, no pudo evitar estar ahí, temblando como un cachorro. Llevaba, quizá, más de diez minutos ahí fuera y el café ya estaba frío. Pensó en ir a conseguir una taza nueva, pero, entonces, Jonghyun indagaría sobre ello.
Muchas veces quiso llamar a la puerta, pero no fue capaz de tocar la madera siquiera. Su corazón se moví cual caballo desbocado, golpeteándose contra sus costillas casi dolorosamente.
No sabía qué hacer.
—Entra, Baekhyun —llamó la voz profunda de Chanyeol desde el interior de la oficina.
Baekhyun se heló y sus manos temblaron aún más.
—¿Vas a quedarte ahí fuera todo el día? Entra ahora.
Por su tono demandante, Baekhyun supo que la siguiente vez que lo llamara, Chanyeol estaría frente a él con aquel gesto huraño que le incomodaba tanto.
Empujó la puerta y entró caminando torpemente. Ahí dentro se sentía como si el aire ya no existiera y en su lugar una dañina densidad le inundara los pulmones. Consiguió dejar la taza sobre la mesa sin derramar el café, pero ello solo fue el inicio de su tortura.
—Ya no lo quiero, está frío.
—P-puedo preparar otra taza.
—Déjalo así. Siéntate —le pidió, mirándolo sobre las hojas que sujetaba entre sus manos. Largó un suspiro y dejó todo a un lado—. Eres un zorro cobarde.
—¿Di-disculpe?
—Me has estado rehuyendo todo el día —explicó y se levantó de su asiento para caminar como un buitre alrededor del zorro—. Escondiéndote detrás de Jonghyun para no hablar conmigo y escabulléndote por la mansión como una rata. ¿Por qué?
—Yo no, no estaba huyendo de usted, amo —mintió y ocultó su mentiroso rostro entre sus hebras finas.
—Yo te diré porqué, pequeño zorro. Has estado escapando de mí porque te dio vergüenza saber que te escuché mientras te tocabas ayer en la noche, cuando estabas en tu cama restregándote como una zorra necesitada mientras tenías tus dedos profanando tu culo.
Baekhyun moría de la vergüenza y no quería seguir siendo humillado por Chanyeol de esa forma.
—No hiciste nada malo, solo que eres particularmente ruidoso, querido zorro, y tus sucios gemidos llamaron mi atención. Pero, ¿quieres saber una cosa? —Encorvado detrás de Baekhyun, acercó su boca al oído derecho del muchacho y le susurró—: Yo me corrí cuando tú lo hiciste. Me diste un muy buen orgasmo, Baekhyun.
El muchacho tembló y se removió incómodo sobre el asiento. Su polla dura, totalmente descarada, se endureció al escucharlo, al sentir el deseo que Chanyeol tenía por él. Sus pezones se irguieron contra la tela de la camisa, pero su amo jamás lo notaría por el mullido suéter blanco que lo cubría todo. No tenía nada de vergüenza, creía él, como para estar calentándose por las palabras de Chanyeol y por sus confesiones, pero no podía evitarlo. Chanyeol lo deseaba también como él lo hacía secretamente. Y, dejando a flote su lado de zorra, podía imaginarse la forma perfecta de desfogar esa energía contenida entre ambos. A Baekhyun le encantaría rebotar sobre la polla de su amo en esa misma oficina.
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El Sirviente del Diablo (Chanbaek)
RomanceEn la tierra vivía el diablo y se llamaba Park Chanyeol. Solitario, aunque casado, esperaba la bendición de un heredero, pero en lugar de eso, obtuvo la bendición de un amante peculiar, un híbrido de zorro llamado Baekhyun, que le dará todo lo que s...