En la tierra vivía el diablo y se llamaba Park Chanyeol. Solitario, aunque casado, esperaba la bendición de un heredero, pero en lugar de eso, obtuvo la bendición de un amante peculiar, un híbrido de zorro llamado Baekhyun, que le dará todo lo que s...
Te encuentro, despierto Me dices: "lo siento" Con una lágrima derramas
Un día después, Baekhyun fue dado del alta en el hospital y pudo llevarse a su pequeña niña a su modesto departamento. Jonghyun y Kibum se quedaron con él los primeros días para cuidarlo, pero después, el zorro sintió que ya había tomado demasiado tiempo de ellos. No era justo.
Ellos no dejaron de visitarlo, de todas formas. La cuna de su bebé ahora tenía alrededor la cantidad más exagerada de juguetes y tonterías que Baekhyun soñó jamás darle.
Aunque la niña era sumamente tranquila durante el día, en la noche parecía no contentarse con nada. Lloraba mucho a horas impropias y por ello el pequeño zorro tenía ya unas marcadas ojeras que lo asemejaban más a un mapache que a su propia especie. Afortunadamente su licencia de maternidad le permitía descansar durante el día cuando la bebé también dormía, pero a veces era tan difícil sobrellevarlo. Era tan joven e inexperto. No sabía nada de cuidar a un bebé y a duras penas consiguió cuidarse a sí mismo durante años, entonces pensaba que aquel sueño de darle hijos a Chanyeol era solo una fantasía rosa que él generó en su cabeza porque no estaba preparado para ello. A veces solo veía a su hija llorar en las noches y él no sabía qué hacer para tranquilizarla. Jonghyun le ayudó bastante a saber de las necesidades de su bebé, pero ella solo parecía sentir la falta de algo que la entristecía.
Y entonces Baekhyun sentía unas ganas terribles de llorar también porque sabía lo que a la niña le faltaba. Y a él también le hacía falta la misma persona.
Esa noche tomó a la niña entre sus brazos y la apretó suavemente, la besó en la frente mientras le susurraba la verdad.
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Me abrazas, me hielo Me pides un beso Y yo me quedo sin respirar
—Él te quiere muchísimo, pero es mi culpa... Por favor, perdóname.
Y una y otra vez le pidió disculpas a esa niña por no poder tener a su padre cerca.
Baekhyun se quedó dormido abrazando a su hija que aún se removía suavemente por la inquietud.
En medio de la oscuridad de la noche, aquel extraño volvió a parecer y se acuclilló frente a la cama. La niña sonrió al apenas ver esos ojos.
—Debes ser una buena niña —murmuró y con su mano repasó el rostro de la bebé—. Tu madre está cansada, pero serás una niña maravillosa y no le causarás más problemas.
Con sus dedos cerró los ojos de la niña quien cayó en un sueño profundo luego de haber visto nuevamente a su padre.
Chanyeol se quedó solo un momento más, pero ya no solo veía a su hija sino también al joven zorro agotado que se aferraba a la niña con temor vivo. Sus ojos oscuros repasaron el rostro cansado de Baekhyun, barrieron su cuerpo como si guardara un recuerdo o como si remembrara uno. Y en suave murmullo, dijo:
