Chanyeol se vio al espejo. Llevaba ese traje negro que compró exclusivamente para la boda de su hermano. Se terminó de abotonar la camisa y se calzó el saco, entonces tomó la corbata color perla y se la puso alrededor del cuello.
—Déjeme ayudar —pidió el pequeño zorro desde la cama del Diablo.
El animal llevaba un ligero suéter negro que tapaba las marcas rojizas que su amante dejó pintada sobre su piel. Caminó descalzo hasta el hombre y parado de puntitas tomó la corbata para anudarla.
—Luce muy apuesto —le dijo y sus pies se tambalearon hacia adelante.
Chanyeol no dijo nada, solo consiguió fruncir los labios en una vaga sonrisa.
—Jonghyun lo está esperando abajo —dijo cuando terminó de ajustar la corbata y sus piernas temblaron. Chanyeol lo sujetó por la cintura y lo apretó contra su cuerpo—. Y su esposa...
—Ella no irá conmigo, pero te recomiendo que no la enfrentes. Hoy parece muy molesta.
—No me da miedo.
—Debería. No es una mujer tranquila y podría lastimarte.
—¿Usted..., lo permitiría? —preguntó usando una leve nota de coquetería, y sobre el pecho de Chanyeol repasó sus dedos.
El diablo no le contestó, solo se separó y caminó hacia la puerta.
Baekhyun sintió un pinchazo en el pecho, pero por dentro sabía que su amo siempre lo cuidaría porque lo había hecho hasta ese momento. Él era egoísta y quería a Chanyeol para sí, su cariño, sus miradas y sus palabras.
El Diablo se marchó junto a Jonghyun en el Porsche plateado. Salieron de la extensa propiedad oculta a ojos de todos y se embarcaron por ese camino poco transitado hacia el sur hacia el bosque de bambús. Tardarían al menos una hora en llegar y sería lo suficientemente alejado como para que nadie llegase al lugar, nadie excepto los arcángeles.
Y el sendero que parecía interminable los tenía enfrascados en un asfixiante silencio. Jonghyun iba mirando hacia afuera, a los árboles que bordeaban el camino, mientras su cabeza se llenaba de imágenes del pasado.
En tanto Chanyeol se mantenía enfrascado y enfurruñado. Por alguna razón el mero hecho de esa boda le ponía furiosa. No era el que su hermano se casara con Sehun, ello le hacía muy feliz; sino el hecho de que vería a sus hermanos y probablemente a su padre. No se había reunido con ellos en varios siglos, pero solo esperaba que ninguna pelea surgiera de ello. Suho seguía enfadado con él por lo que sucedió en el pasado con su hijo. No era algo que él lamentara mucho, después de todo, ese pequeño ángel creación de Suho fue quien se metió en su cama, luego todo fue parte de un juego..., hasta que Kibum terminó muerto y todo se volvió una guerra sangrienta. De haberlo sabido no hubiese siquiera empezado a jugar con fuego si hubiese sabido que todos los que quería morirían.
Llegaron cerca de las tres de la tarde, una hora curiosa y típica para los religiosos. Aparcó el coche a un lado del camino y bajaron. El lugar tenía los árboles decorados con fina seda blanca, enredaderas de flores y luces colgando en las ramas. Al final estaban filas de cinco sillas y un altar. Todos estaban ya ahí y la ceremonia estaba dando inicio.
La música sonó suavemente y Luhan, justo al final del improvisado pasillo, se acercó a Chanyeol y le dio un abrazo.
—Me alegra que estés aquí.
ESTÁS LEYENDO
El Sirviente del Diablo (Chanbaek)
Roman d'amourEn la tierra vivía el diablo y se llamaba Park Chanyeol. Solitario, aunque casado, esperaba la bendición de un heredero, pero en lugar de eso, obtuvo la bendición de un amante peculiar, un híbrido de zorro llamado Baekhyun, que le dará todo lo que s...