Capítulo 35

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Jonghyun llegó a la mañana siguiente a la mansión junto a Kibum. Su romántica escapada fue interrumpida por un llamado de alerta. El Diablo había enloquecido.

Él, que no era tonto, intuía ya de lo que se trataba. La bomba más peligrosa explotó frente a Chanyeol, aunque él no tenía todos los detalles.

Esperaba que Baekhyun le haya contado la verdad, así, aunque el golpe dolería, había un rayo de esperanza. Pero sus subalternos hablaron muy alarmados.

Fuego.

Destrucción.

Ira.

...

Dolor.

Y todos temían que el Diablo matara a todos solo para aplacar su enfado.

Al cruzar por el portón con el auto, un gusto adquirido luego de tantos años en la tierra, y desde ahí pudo ya apreciar lo poco o nada que quedaba de la casa. El mármol tenía marcas de humo y fuego, la madera estaba en el piso totalmente consumida junto a las cortinas y telas. El calor de las brasas todavía podía sentirse. Y un hedor peculiar le llamó la atención. Plumas de ángel chamuscadas estaban muy cerca de la entrada.

—¿Qué demonios ocurrió aquí? —masculló.

—Jonghyun —llamó Kibum—, ¿dónde está Baekhyun?

Él también quería la respuesta a esa y a muchas otras preguntas, y de un par de ellas sabía dónde encontraría la respuesta.

—Toma el auto y vete a la casa cerca del río. Quédate ahí hasta que yo regrese, Bum, y si algo ocurre, llámame.

—¿A dónde irás tú?

—Voy a hablar con Chanyeol. Bajaré al infierno.





****





Y el lugar se convirtió en algo espantoso.

El infierno, fiel a la imagen de la religión cristiana, era una fosa oscura y profunda, ardiente y donde los pecadores cumplían su condena por la eternidad. Pero esta vez, cuando Jonghyun regresó, todo era diferente.

Picos escarpados y afilados se alzaban por un sendero que llevaba al centro del Averno. Un poderoso aroma a sangre y podredumbre lo rodeaba todo, desde el suelo por donde el demonio caminaba, hasta el aire que ahí se respiraba. El cielo, antes negruzco y con relámpagos blancos, ahora estaba teñido de rojo y negro y de esas gruesas nubes se desprendían fuertes gotas de lluvia.

El llanto del Diablo.

Jonghyun caminó a prisa hacia el fin del sendero, pero en su recorrido encontró varios cuerpos apilados, demonios asesinados, algunos calcinados y otros en perpetua agonía. Un par de ellos estaban empalados en los picos montañosos.

Caminó más a prisa hasta que lejos de esas montañas encontró una cueva oscura entre un par de carbonizados árboles. No había nadie cerca y Jonghyun sabía la razón. Era la morada del ser más oscuro de la creación. Y ahora, más que antes, todos le temían.

Incluso él tuvo miedo de lo que ahí dentro encontraría. Aun así, entró. El aroma a sangre se disipó y fue reemplazado por un aroma a tierra mojada y agua, casi podía escucharla entre las paredes de la roca. Extendió su diestra y sobre esta se formó una llama que iluminó las sombras. Aparentemente el túnel era largo y profundo. Siguió avanzando, pero nunca llamó a Chanyeol, y cuando estuvo en el corazón de la caverna, una voz gruesa le habló.

El Sirviente del Diablo (Chanbaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora