CAPÍTULO 26

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Un poco de sueño después, Piper se estiró en la cama y su mano tanteó el espacio frente a ella, pero con lo que se encontró fue con uno de los pies de Alex que la hizo sonreír porque ni siquiera era consciente de la posición en la que se había quedado dormida.
Habían perdido la cuenta de las veces que hicieron el amor de formas que jamás habían experimentado juntas, y contrario a lo que se podría llegar a creer, el deseo no había desaparecido, más bien ahora sentía que una noche a solas completamente con ella no era suficiente.
La rubia le besó el pie y fue subiendo con más besos húmedos feliz por encontrarse con la piel completamente desnuda de su novia.
Mordisqueó su culo y resbaló su lengua por la espina dorsal de Alex que de inmediato se estremeció.

— No vas a dejarme dormir ni un segundo, ¿eh? — bostezó la pelinegra.

— Bueno, amor, "el tiempo es muy lento para los que esperan, muy rápido para los que temen, muy largo para los que sufren, muy corto para los que gozan, pero para quienes aman, el tiempo es eternidad." — dijo Piper moviéndole el cabello a un lado para besarle el cuello, el hombro y luego la oreja.

— ¿Shakespeare? — sonrió Alex.

— Sí... — jadeó la rubia — Eres una mujer muy inteligente, me saqué el premio mayor contigo... Me excita solo pensar en lo lista que eres, por favor di que quieres despertar así todas las mañanas...

— ¿Cómo? ¿Completamente destruida y oliendo a sexo? — se burló la pelinegra girándose para quedar boca arriba.

— Hablo en serio Al, quería esperar y darte una sorpresa hoy más tarde, en realidad no iré a trabajar hoy, solo quiero llevarte a un departamento nuevo cerca de la playa... — expresó la rubia con seriedad — Lo he estado visitando últimamente con una agente inmobiliaria y... Es grande, con tres dormitorios, un espacio grande para una sala, una cocina preciosa, y un patio trasero con un jardín enorme con un gran árbol y... Ya sabes, puertas de cristal, acabados lindos y un increíble porche como el de tu cabaña... — pasó saliva — Los tres estaríamos muy cómodos ahí.

— ¿Hablas en serio?

— Ya sé que dijiste que no querías mudarte conmigo, y prometí que iba a tomarme las cosas con calma pero... — de pronto Alex le robó un beso para hacerla callar.

— Pero estamos tan enamoradas que cada segundo lejos es como una eternidad. — con suavidad le acarició la mejilla.

— Exacto, exacto... — Asintió Piper.

— Tienes que esperar a que... — se lo pensó un segundo la pelinegra — Bueno, tengo que vender algunas cosas y luego...

— Por favor no digas nada respecto al dinero. — ahora fue Piper la que la interrumpió — Si me dices que sí, que quieres una vida conmigo, que tú y Robbie van a venir a hacerme mas feliz, voy a comprarlo para los tres para que vivamos juntos y voy a darles todo lo que se merecen, sobre todo amor.

— ¿Estás segura de que no te caíste del cielo? ¡Dios! ¡Eres un ángel! — la besó de nuevo en los labios buscando subir sobre su cuerpo y lo logró con rapidez, casi con la misma en que las manos de Piper acariciaron su piel.

Como no queriendo la tomó de la cadera y la hizo mover hasta que su sexo estuvo sobre el de Piper que de inmediato se mordió los labios.
Estaba mojada, y seguramente eran los vestigios de una ajetreada noche de pasión que habían compartido a penas entraron al departamento, pero de igual manera le pareció bastante sexy y la hizo mover un poco, a lo que Alex respondió meneando su cadera sobre ella mientras se apoyaba en sus pechos para tomar un poco de estabilidad e impulso.

— Ahora entiendo por qué amo tanto que seas una bailarina... — jadeó la rubia empujándose con los talones para permitir que Alex se rozara más contra ella. — Adoro sentirte así... Joder... — se le cortó la voz de inmediato — Pero no me has respondido aún... ¡Dios! Te mueves tan bien Alex que creo que voy a correrme pronto...

MORE BEAUTIFUL FOR HAVING BEEN BROKENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora