CAPÍTULO 25

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Cerca del medio día Alex y Piper estaban llegando a la ciudad, entre una bruma de sol y tráfico que parecía hacer más lento todo el transcurso.
Habían conducido el par de horas de camino aunque alargando un poco más el tiempo puesto que se detuvieron un par de veces porque en medio de la charla surgían ganas de besarse, y aunque sus caricias se sobrepasaron un poco un ciento de veces, no llegaron a más porque tenían que llegar a tiempo.
Piper tenía el lunes libre, y aunque habrían querido quedarse hasta más tarde en casa con Robbie, la rubia tenía toda una rutina planeada para ella y Alex antes del evento.
Y en primer lugar, insistió en llevar a Alex a desayunar a uno de sus restaurantes favoritos aunque su novia quería llegar al departamento de Piper y cocinar algo para las dos, pero la verdad es que ella solo quería que se sintiera como una reina y además de acompañarla, descansara un poco de todo lo que solía hacer siempre.

La agente se sentía soñada, no es que no hubiera disfrutado su tiempo en la ciudad con Alex y Robbie en la ocasión anterior en que habían estado ahí con ella, pero ahora que solo tenía a Alex y todo el tiempo para ellas dos como casi nunca, no podia evitar sonreír mientras le sostenía la mano entrelazada con la suya sobre su muslo.
Ahora Alex había cambiado sus gafas de siempre por unas oscuras para sol, y a la rubia le parecía especialmente atractiva de esa forma, con su cabello flotando libremente al ritmo del viento húmedo que se colaba por la ventana, y su boca tarareando alguna canción que Piper ni siquiera reconoció porque toda su atención estaba centrada, cada que había un semáforo, en su Alex, tan libre y disfrutando de estar con ella.

— Debes estar bromeando... — dijo Alex cuando la rubia entró al estacionamiento de un enorme edificio que lucía bastante elegante y exclusivo.

— En absoluto, — sonrió desabrochándose el cinturón de seguridad — solo lo mejor para la mejor.

Alex pasó saliva y se acomodó el cabello temiendo no estar vestida para un sitio como aquel, puesto que sus jeans ahora no le parecían lo suficientemente decentes como para entrar allá.
La rubia en cambio ni siquiera se preocupó en arreglarse el cabello enmarañado y se apresuró a abrirle la puerta para que bajara, y mientras caminaban no se resistió a tomarla de la mano.
Parecía como un pavorreal avanzando con orgullo mientras lucía a la preciosa mujer a su lado, y cuando uno de los meseros les ofreció una mesa y les acomodó las sillas para ayudarlas a sentar, Alex comenzó a creerse aquello de que a Piper no le importaba nada más que estar con ella, y poco a poco el mundo a su alrededor comenzó a desaparecer.

Piper se encargó de que Alex se sintiera cómoda y en libertad de elegir cualquier cosa que le apeteciera comer, aunque al final de todo, ambas terminaron compartiendo sus platos mientras se reían y conversaban de forma casual, acariciándose las manos y sonriendo completamente llenas de energía e irradiando amor.
Cuando la rubia le robó un beso a Alex que le hizo sonrojar las mejillas y voltear hacia todas partes deseando no estar llamando la atención, pero la verdad era que el resto de los comensales estaban cada quien en lo suyo y ni siquiera las notaron.
Alex no estaba muy acostumbrada al afecto en público con Piper, siendo ella su primera novia, puesto que en el pueblo llamaban la atención incluso solo riendo mientras caminaban, pero en la ciudad era todo distinto y eso le encantaba.

Había elegido uno de sus únicos y mejores vestidos para el evento de Piper, pero como si no fuera suficiente todo lo que hacía ya por ella, decidió que después de desayunar irían de compras para que ambas fueran combinadas.
Alex jamás había ido de compras a tiendas tan grandes, y aunque todo eso era nuevo para ella, no se sintió fuera de lugar, pues Piper estaba con ella opinando y resolviendo sus dudas como si fuera ella la encargada de aquellas tiendas, pero la pelinegra apreció mucho el que no la dejara sola, pues era lo que menos quería en esas circunstancias en que no sabía bien qué era lo que iría bien para el evento de esa índole puesto que nunca había asistido a uno de esos ni siquiera parecido.

MORE BEAUTIFUL FOR HAVING BEEN BROKENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora