CAPÍTULO 22

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Después de una increíble noche de amor y un sueño reparador al fin se llegó el jueves, Alex se estiró un poco en el sofá cama y abrió los ojos notando que estaba dándole la espalda a Piper, pero eso no le impidió el que la rubia la abrazara, y de hecho a penas sintió que Alex se movía, deslizó una de sus manos debajo de la camiseta de la pelinegra erizándole la piel mientras se acercaba a ella, con sus labios solo deslizándose por su cuello, y aspirando el aroma de su piel.

Alex arqueó la espalda sintiendo escalofríos por toda su piel, y cuando la mano de Piper llegó a uno de sus pechos, no pudo evitar soltar un jadeo frenético.
La rubia apretó unas cuantas veces amasando con suavidad el pecho de Alex y luego se pasó al otro, arrastrando las yemas de los dedos por su piel.
Apretó también con gusto sintiendo el pezón erecto de la pelinegra contra la palma de su mano y se rio dejando escapar su cálido aliento cerca de la oreja de Alex, quien de inmediato se dió la vuelta quedando boca arriba y girando el rostro para ver a Piper.

El sol a penas estaba saliendo, y la alarma que habían puesto para levantarse aún no sonaba, pero ya estaban ansiosas por la compañía una de la otra.
Era justamente el día en que iban a salir de paseo a Disneyland con Robbie, y eso las tenía tan contentas y emocionadas como al mismo niño.

— Hola... — susurró la rubia sin dejar de juguetear con los senos de Alex.

— Hola, pervertida... — se burló en respuesta.

— ¿Qué te apetece para desayunar? Puedo hacerte hotcakes, un sándwich, quizás un poco de cereal con fruta o podemos pedir algo. — le dió un pico en los labios.

— ¿Me estás preguntando de comida mientras me manoseas? — Alex se carcajeó.

— Sí... — ronroneó Piper dándole un beso más profundo. — Quiero calentar mi desayuno para cuando tú termines de comer...

— Oh... ¿Eso significa que vas a comerme a mí?

— Te estaba extrañando tanto, Alex... — se rio por la obviedad de sus palabras acercándose de nuevo a besarla en los labios.

— ¿A mí o a mis senos? — la pelinegra arqueó las cejas con picardía.

— A tí, toda completa... — sus labios le recorrieron ahora la mandíbula.

— En ese caso, quiero que me prepares algo de comer con tus propias manos.

— Bueno, no te quejes porque no sé cocinar muy bien, pero haré mi mejor intento, preciosa. — Piper asintió.

— Mientras tu te esfuerzas en la cocina, yo trataré de mantener tu desayuno caliente, aunque tampoco soy experta en eso... — le sonrió con maldad.

— ¿Eso significa que vas a tocarte en mi cama improvisada mientras te traigo comida? — la rubia pasó saliva.

— Sí, tontita, así que date prisa antes de que suene la alarma y Robbie se levante...

— A la orden, mi amor. — le dió un pico en los labios y buscó a tientas en el piso los shorts que llevaba la noche anterior.

Alex sonrió y suspiró al verla avanzar tan rápido y se acomodó ambas almohadas tras la cabeza, mirando en dirección a la cocina mientras Piper revisaba el refrigerador en busca de algo que pudiera preparar con rapidez.
Definitivamente la pelinegra se podía acostumbrar a eso, nunca nadie le había llevado el desayuno a la cama, ni tampoco había despertado con ganas de ella en el primer instante en que abría los ojos, solo Piper.
Tenía a la rubia en la mente, conservando su posición de mantenerse caliente mientras aguardaba por su desayuno, y lentamente deslizó una mano sobre sus pechos sin dejar de mirar a la rubia trabajando en la cocina.

MORE BEAUTIFUL FOR HAVING BEEN BROKENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora