La camioneta de Piper estacionó fuera de la cabaña de Alex ya pasadas las nueve de la noche del viernes. Al fin iba a verla y poder abrazarla en la cama al dormir.
Con ansiedad bajó su pequeña maleta de viaje y una bolsa en la que llevaba el regalo especial para Robbie y se encaminó con rapidez hasta el porche, notando que las luces estaban apagadas, excepto la pequeña lámpara que la rubia ahora sabía que tenían en la sala, por lo que dedujo que quizás Alex la estaría esperando aún despierta.
Su corazón latía con rapidez y su mano sudorosa dio un par de toquecitos a la puerta de madera intentando no ser demasiado ruidosa por si el niño ya estaba durmiendo, y aguardó con ansiedad y nerviosismo como si fuera la primera vez que la vería, y la pelinegra no tardó en apresurarse a abrir llevando consigo la copa de vino que estaba bebiendo.— Creí escuchar tu camioneta pero no quise que notaras lo desesperada que estaba por verte. — sonrió Alex envolviéndola en sus brazos.
— ¿Esta es mi camiseta? — la rubia se mordió el labio apartándola un momento para hacerla girar frente a ella y prestando especial atención a sus piernas pálidas que sobresalían debajo de la camiseta que a penas y le cubría los muslos.
— Sí... — sonrió con dulzura — No pude enviarte una fotografía, pero pensé que preferirías verme en vivo con ella puesta.
— Pues te queda divina. Mejor que a mí, de hecho... — le acarició la cadera y Alex se inclinó de inmediato hacia ella para besarla en los labios y hacerla entrar a la cabaña.
Dando tumbos la arrastró hacia el sofá, dejando su equipaje regado por todo el recibidor sin importar mucho en realidad donde quedaban las cosas, Alex colocó la copa de vino en la mesita de café frente a los sofás, al igual que la rubia se deshizo sus tenis y su chaqueta en la primer oportunidad.
Piper había estado deseando tanto tener así a su Alex que ahora ni siquiera sabía si en realidad podría encontrar la forma de separarse de ella el lunes por la mañana, porque sí, ya había planeado que si se iba exactamente a las seis de la mañana de Lake Marveille, estaría llegando a las ocho a Los Ángeles y con solo algunos minutos de retraso a la oficina, lo cual ya era habitual en su día a día, por lo que sabía bien que no iba a tener problemas en el FBI por ello, y que su jefe seguramente ni siquiera se iba a dar cuenta, porque el hombre no era para nada puntual tampoco, y dentro del cuerpo de agentes que se encontraban en su equipo, a nadie le interesaba hacerla quedar mal.Apretó la cadera de Alex con ansiedad haciendo que la camiseta subiera un poco más y sus piernas de inmediato se doblaron para permitir que se acomodara completamente pegada a ella.
Piper deslizó su mano por el muslo de Alex y sintió la piel tibia y erizada que la recibía de la mejor manera, deseando más y más de Piper conforme más le daba.
Sus caderas se dispararon de forma violenta desde el sofá acolchonado hasta chocar con el cuerpo de la rubia encima suyo y jadeó al sentirla exactamente en el área que más deseaba sentirla, y aunque para Piper aquello había comenzado siendo solo una bienvenida, ahora el asunto se estaba tornando bastante intenso, al grado de hacerla sentir acalorada de inmediato.
La rubia se sentía agotada, tanto por la ajetreada semana que acababa de concluir con montones y montones de carpetas de investigación y también porque de inmediato, justo cuando llegó su hora de salida se apresuró a dejar la estación y comenzar a conducir para llegar al pueblo.
Tenía su maleta ya desde temprano con ella, por lo que no hizo falta pasar a su departamento, pero tampoco había comido siquiera, lo que empeoraba un poco su falta de energías.Alex se incorporó un poco haciéndolas sentar frente a frente, y el cuerpo de la rubia de inmediato se tensó cuando sintió las manos temblorosas de la pelinegra intentar sacarle la blusa despacio, y pasó saliva al ver el rostro de Alex pretendiendo ser bastante cuidadosa mientras se deshacía de la prenda que ahora le estorbaba para poder repartir besos en la piel de la mujer que amaba y que tanto había estado echando de menos por cinco largos días.
El jadeo frenético de Piper comenzó, cuando la vio sacarse su propia camiseta y notó de inmediato que solamente llevaba bragas, puesto que sus pechos de inmediato rebotaron libres de la prenda de dormir y los observó salivando siendo todos pezones erizados.
Se inclinó a besar en medio de ellos y el aroma a la piel de Alex hizo despertar todo en ella, estaba hambrienta de comida, pero también de su novia.
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MORE BEAUTIFUL FOR HAVING BEEN BROKEN
Fanfiction*Está historia es una ADAPTACIÓN de la película del mismo nombre* Una agente del FBI suspendida se hace amiga de una mujer y de su adorable hijo joven con necesidades especiales que vive en el campo. La amistad de las mujeres pronto se convierte en...