CAPÍTULO 20

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Los brazos amorosos de Piper hicieron girar a Robbie pegado a su pecho, y luego se encargó de llenarle el rostro de besos sin dejar de decirle lo feliz que se sentía de verlo y poder abrazarlo otra vez.
El niño por su parte no dejaba de sonreír, Alex lo miró por unos segundos y notó que ese brillo en él estaba de nuevo presente. Como si de alguna manera la rubia fuera la corriente eléctrica que Robbie necesitaba para encenderse de esa forma tan resplandeciente que hacía al sol lucir como una pequeña bombilla vieja que necesitaba ser cambiada.

Los ojos verdes de la pelinegra volvieron de nuevo a Polly, quien ahora estaba tomándoles un par de fotografías a Piper y Robbie ante sus muestras de cariño que parecían no tener fin.
Notó su corta estatura y su cuerpo, no era nada impresionante a decir verdad, y aunque su rostro parecía especialmente inocente como el de Piper, tampoco se le hacía que fuera precisamente guapa.
Tenía un cabello lacio y de color castaño, común y nada que fuera espectacular, tampoco es que estuviera desarreglada, a decir verdad la mujer lucía incluso con clase para vestir, pero no parecía suficiente, no para Piper.
Cuando la miró a la cara, con el ceño notoriamente fruncido reflejando la molestia de verla junto a la rubia, los pequeños ojos castaños se frenaron en seco como completamente asustados de la mirada dura de Alex que ni siquiera los desvió de ella.

Estaba celosa. Muy celosa en realidad.
Había visto la forma tan cercana en que Piper recostaba su cabeza en el hombro de aquella mujer y el asunto no le pareció nada bien. 
Se sentía enojada con ella misma por haber ido hasta allá y con la rubia por ser tan desvergonzada de llevar a su nueva novia o lo que fuera a la reunión con su ex, porque después de todo el desastre ya no eran novias, ¿o sí? 
Lo fueran o no, no le hizo nada de gracia verla con otra mujer, y sabía que no tenía derecho de sentirse así, pero la sangre se le estaba calentando al grado de la ebullición y tampoco era como que pudiera disimular nada de eso, por ello fue que su saludo pareció más una exigencia como las de Robbie en lugar de un saludo, y cuando el enojo estaba por hacerla estallar, los brazos de Piper la envolvieron sin siquiera un poco de pena, y ella se dejó abrazar.

Sintió cómo su piel se erizaba mientras la rubia la abrazaba con fuerza, ni siquiera escuchó con claridad lo que la rubia le susurraba, solamente podía sentir como su corazón se deshacía latiendo con todas sus fuerzas, completamente agitado por estar con ella de nuevo.
Sus fosas nasales se llenaron de ese aroma que tanto había echado de menos y no pudo evitar inspirar hondo un montón de veces porque no estaba segura de si esa sería la última vez que la tendría así de cerca, y quería estar preparada.
Luego de unos segundos de conmoción, ella al fin correspondió al abrazo, enredando sus brazos también al rededor del cuerpo de Piper, sintiendo como sus propias manos temblaban al acariciarle la espalda, disfrutando completamente del contacto.

Para Piper había sido increíble volver a verlos, adoró cada segundo de abrazar a Robbie y escucharlo tan feliz de estar ahí, pero sin duda su corazón volvió a latir cuando envolvió a Alex en sus brazos con toda la fuerza que le fue posible, como si en aquel abrazo intentara decirle lo mucho que la necesitaba y que ya no quería dejarla ir.
Su cuerpo cedió ante la cercanía, y más aún cuando Alex la abrazó también acariciándole la espalda con suavidad. 
La rubia se sintió al fin en casa, y la soledad que había estado acarreando desde meses, se desapareció a penas vio a Alex a los ojos, separándose un poco de su abrazo.
Y contrario a lo que se pensaría, la distancia entre ellas le hizo sentir un hormigueo en el estómago por la gentileza de las caricias que sus almas se daban a través de sus miradas.

— Es tan bueno verte, Alex... — susurró Piper tomándola de las manos. — Bueno, a ambos... Me alegra mucho que se hayan hecho un tiempo para venir.

— ¿Conoces un buen hotel por aquí? No he reservado uno, sabes lo terrible que es la red en el pueblo. — respondió la pelinegra alejándose de las caricias en sus manos.

MORE BEAUTIFUL FOR HAVING BEEN BROKENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora