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ANDREA

Kevin, detente.—

Bajé rápidamente del auto. Habíamos chocado con un auto que estaba estacionado.
Esto no podía estar pasando.— pensé.
Kevin se colocó a un lado mío, miró el auto preocupado.

— ¿Estás bien?.— me preguntó.

— Yo si.— le contesté.— Maldita sea Kevin, no tenías que acelerar.—

— Lo lamento. No quería que esto pasará.— respondió apenado.— ¿No había nadie en el auto?.—

— No lo sé.— caminé hacia la puerta del copiloto. Miré desde la ventanilla pero no había nadie.— Tienes suerte, no hay nadie arriba.—

— Ay que bueno.— suspiró aliviado.— ¿Nos vamos?.—

— Kevin.— me quejé.— No podemos irnos así sin hacer nada.—

— ¿Qué hago? Les dejo una nota diciéndoles que por acelerado choqué su auto.— No contesté nada.— No, ¿De verdad quieres hacer eso?.—

— Es lo mínimo que podemos hacer Kevin.—

Bufó y rodó sus ojos, se alcanzó a escuchar el silbatazo inicial del partido.

— Dame papel y pluma.— dijo resignado. Fuí a revisar mi bolsa, no tenía exactamente una hoja de papel pero si un cartón de un café que me compré hace tiempo. Tomé la pluma que tenía y se la dí. Se recargó en el cofre y se quedó pensando.— ¿Y si la escribes tú? Tienes mejor letra.—

— Bien.— tomé las cosas y comencé a escribir la nota.— Listo, colócala.—

— ¿En dónde la pongo?.—

— En mi cabeza Kevin.— respondí sarcástica.— En el parabrisas idiota, donde más.—

— Ya, no te enojes.— fue a colocar la nota en el parabrisas.— ¿Tú conciencia está tranquila?.—

— No del todo, pero puedo aguantar todo el partido.—

Subimos de nueva cuenta al auto y nos estacionamos frente al palco que el amigo de Kevin nos había prestado. Entramos y nos acomodamos en las butacas para poder el partido ya avanzado.

Me daba gusto ver a Kevin disfrutando un partido, hacia tiempo que no lo hacía como espectador. Me cuenta que es totalmente diferente estar en la cancha porque sientes nervio y presión al mismo tiempo, pero ver un partido lo disfruta bastante, más si su equipo no está jugando.

En el medio tiempo, fuí a adentro a traer algo de comer. Antes de venir compramos algunas frituras y un refresco para cada quien, regresé con Kevin que estaba tomando fotos de la cancha del estadio.
Le entregué su bebida, yo también tomé algunas fotografías.

Una vez que el partido volvió a iniciar, Kevin me explicaba las jugadas, los parados tácticos y otras cosas más que no entendía muy bien.
Si me gustaba el fútbol pero no para saber cosas así.
En cuanto cayó un gol del equipo local. recibí una llamada de Edson.
Contesté.

𝘿𝙚𝙨𝙘𝙤𝙣𝙤𝙘𝙞𝙙𝙤𝙨/ 𝐒𝐞𝐛𝐚𝐬𝐭𝐢𝐚́𝐧 𝐂𝐨́𝐫𝐝𝐨𝐯𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora