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SEBASTIÁN


Aguascalientes, 2011

Había terminado de hablar por teléfono. Aún seguía procesando la noticia que recién me habían dicho. Me pellizque dos veces para saber si me encontraba en un sueño o realmente estaba sucediendo.

Mi familia había salido a hacer las compras de la casa, yo decidí quedarme. Me senté en el sillón analizando todo lo que había ocurrido, movía mi pierna de arriba a abajo impaciente por contarles a mi familia el motivó de la llamada que tanto había estado esperando en éstos últimos días.

Después de cuarenta minutos llegaron. Mi hermanita se acercó a saludarme, le dejé un beso en su mejilla.

¿Todo bien hijo? ¿Hubo alguna novedad?.— me preguntó mi madre.

Fernanda se sentó en el sillón que estaba atrás de mi y comenzó a leer el libro que le había regalado hace unas semanas atrás por su cumpleaños número once.

— Pues si me llamaron.— dije sin dar más detalles. Quería mantener el suspenso un poco más.

¿De verdad? ¿Y qué te dijeron?.

Miré a ambos, estaban ansiosos por saber mi respuesta.

— Me están invitando a hacer pruebas para las inferiores del Club América.— anuncié.— Voy a participar en un torneo Sub-15 allá.

Mis papás me miraron orgullosos. Papá fue el primero en acercarse a mí y abrazarme. Mi mamá estaba tratando de asimilar todo pero después también se acercó.

— Felicidades hijo, te lo mereces.— expresó mi mamá.

— Tu madre tiene razón, te mereces está oportunidad. No la vayas a desperdiciar.

— Claro que no papá.

— Lo único triste es que vas a dejar la casa.— dijo mi mamá con lágrimas en sus ojos.

— ¿Cómo que vas a irte Sebas?.— cuestionó Fernanda desde la sala.

— Así es pequeña, tu hermano irá a hacer pruebas para quedarse en uno de los equipos más importantes en Ciudad de México.

¿Nos vas a abandonar?.

— Fer, por supuesto que no.— respondí.

— Hija, tu hermano irá a cumplir su sueño. Es algo muy importante para él.

Ha Fernanda le costaba asimilar que me iría de casa, éramos muy unidos y a mi tampoco me gustaba la idea de estar lejos de ella.

Pasaron las semanas y finalmente había llegado el día en que iba a irme a Ciudad de México. Estábamos los cuatro en el aeropuerto esperando a que llamarán a mi vuelo. Hasta que así fue, era momento de que abordará.

Me despedí de mis padres. Se lo difícil que era para ellos dejar que su hijo de apenas quince años se marchará de casa.
Después de abrazarlos miré a mi hermana que estaba cruzada de brazos.

— ¿Vas a seguir enojada conmigo?.

— No.— respondió.— Es solo que voy a extrañarte demasiado, pero se que no puedo obligarte a que te quedes.

— Fer yo también te voy a extrañar demasiado pero hagamos una promesa ¿Te parece?.— asintió.— No importa lo que pase, ni lo lejos que estemos siempre estaré contigo y jamás te voy a dejar sola. Siempre serás mi hermanita a pesar de todo

𝘿𝙚𝙨𝙘𝙤𝙣𝙤𝙘𝙞𝙙𝙤𝙨/ 𝐒𝐞𝐛𝐚𝐬𝐭𝐢𝐚́𝐧 𝐂𝐨́𝐫𝐝𝐨𝐯𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora