𝘿𝙚𝙨𝙘𝙤𝙣𝙤𝙘𝙞𝙙𝙤𝙨/ 𝐒𝐞𝐛𝐚𝐬𝐭𝐢𝐚́𝐧 𝐂𝐨́𝐫𝐝𝐨𝐯𝐚

19.

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ANDREA

Los días han pasado, Fernanda fue dada de alta del hospital algo que tranquilizó a Sebastián y a Kevin, aunque aún tenía que usar un tanque de oxígeno y no podía salir de casa.
Había hablado con mi mejor amigo sobre el tema del departamento y que Edson ya estaba con alguien. La segunda cosa no le sorprendió pero si me insistió mucho en que no debía renunciar a mi departamento que tanto trabajo me costó conseguirlo. Estaba en lo cierto, así que volví para allá. Poco a poco lo he ido amueblando más, al menos ya tiene todo lo indispensable.

Estaba en la cocina preparando el desayuno cuando Kevin se acercó tallandose los ojos, apenas se iba despertando. Se estaba quedando conmigo desde que me mudé aquí, aún me preocupaba el hecho de que no reportaba con su club pero él me dijo que no me preocupará por eso, según Kevin tenía todo bajo control.

— ¿Café? — pregunté.

— Si, por favor — respondió. Le acerqué una taza para servirle.

— Te hubieras quedado otro rato dormido, parece que te arrolló un camión —

— Pues tú tampoco te ves tan despierta que digamos —

— ¿Cómo dices? Me veo entera — me defendí. Si, no había dormido mucho tratando de ponerme al corriente con el trabajo pero me sentía y veía mejor descansada que Kevin.

Se terminó su café como si no hubiera tomado nada durante mucho tiempo. Dejo la taza limpia frente a él.

— Iré a darme un baño. Quiero ver a Fer — se levantó con cierta prisa.

— ¿No deberías preguntarle a Sebastián? No puedes aparecerte como si nada en su casa, tienes que avisarle —

— ¿Lo harías por mi? Si yo le digo seguro me manda muy lejos, en cambio si tú le dices va a acceder —

— ¿Qué te hace pensar que lo voy a convencer? —

— Andy, es muy evidente que se llevan más que bien. Pude haber estado preocupado por Fer pero no soy ciego — contestó — Estoy casi seguro, como un 99%, que le gustas —

— Creo que tomarte el café de golpe te afectó el cerebro —

— Puedes decirme lo que quieras pero se que algún día tendré razón —

En ocasiones la seguridad de Kevin era molesta, porque muy pocas veces se equivocaba y odiaba eso. Pero estaba segura que se equivocaba está vez.

— Entonces... ¿Avisarás por mi? — volvió a preguntar.

— Si, Kevin, avisaré —

— Te he dicho que eres la mejor amiga — expresó mientras dejaba un beso en mi frente.

— Ya, ya, vete a bañar —

Se alejó rápidamente hacia el baño. Aproveche ese momento para avisarle a Sebastián, no sabía si hacerlo por llamada o por mensaje. Se me hizo más fácil enviarle un mensaje para optimizar tiempo:

Andy.
Hola Sebas ¿Existe un problema si Kevin va a visitar a Fer? Tiene muchas
ganas de verla.

A los pocos minutos contestó.

Sebas.
Andy, hola. Esta bien por mi, a Fer le vendría bien su compañía.